Jonah Tali Lomu fue seguramente el jugador más desequilibrante y uno de los más influyentes de la historia del rugby. Las estadísticas indican que al gigante que asombró a todos en el Mundial de Sudáfrica de 1995, con solo 20 años, solo le faltó ser campeón del mundo, pero la historia dice que hace 20 años, en Argentina, Big Jonah pudo obtener un título mundial.
Mar del Plata 2001
Impulsada por el éxito de convocatoria que tuvo el seven internacional en el verano de 1998 y la Pumamanía del Mundial de Gales 99, Mar de Plata fue elegida por la IRB (hoy World Rugby) como sede de la tercera edición del Mundial de seven que se jugó del 26 al 28 de enero del 2001.
En plena temporada europea y aún con los conflictos para que los clubes profesionales cedan a los jugadores, el Mundial de seven tenía como candidatos a los equipos que dominaban el incipiente Circuito Mundial que recién estaba promediando su segunda temporada.
Fiji, defensor del título, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, con Lomu como estrella, y Los Pumas, como locales, eran los candidatos en la previa y fueron los principales protagonistas de tres jornadas inolvidables y a estadio lleno.
Los Pumas
En medio de una enorme expectativa, Los Pumas presentaron un poderoso equipo que mezcló un especialista como Pedro Baraldi, jóvenes que competían habitualmente en el circuito como José María Núñez Piossek, Martín Gaitán, Francisco Leonelli y el Chori Senillosa; un puma con varias batallas como Tati Phelan y figuras consagradas que vinieron de Europa como Agustín Pichot, Felipe Contepomi, Nani Corleto y Diego Albanese.
El equipo dirigido por Gonzalo Albarracín, que hasta fue visitado por el Presidente Fernando De la Rúa, pasó la fase de grupos con victorias claras ante Rusia, Kenya, Corea e Irlanda y una derrota ante Fiji (en un muy buen partido) que lo dejó en segundo lugar en el grupo tras las dos primeras jornadas.
La clasificación
Los 24 equipos participantes se dividieron en 4 zonas de 6 seleccionados cada una y en las dos primeras jornadas, ante una multitud que desafió el calor del viernes y la lluvia del sábado, quedaron definidos los cruces de cuartos de final por la Copa, el Plate y el Bowl.
Los cruces entre los ocho que definirían el título serían Fiji-Canadá, Australia-Inglaterra, Argentina-Sudáfrica y Samoa-Nueva Zelanda.
Vi dos veces a Lomu en 2001, en River con Los Pumas y en el Mundial de seven le saque esta foto con @ceciliarognoni pic.twitter.com/q5hctUsDJ6
— Juan Pablo García (@JPGarcia2) November 18, 2015
“Íbamos del hotel al estadio y nos pasábamos un rato largo con la gente sacándonos fotos y firmando autógrafos. El apoyo de la gente fue impresionante y teníamos un equipazo. Yo jugué muchos sevens en Mar del Plata, pero ese pareció un torneo de fútbol. Encima nos fue muy bien, porque perdimos en semis con los All Blacks, que vinieron con estrellas como Jonah Lomu” (Diego Albanese).
Los hombres de negro
Con un equipo notable de especialistas, reforzado con Jonah Lomu, Nueva Zelanda era el favorito de todos para ganar la Copa Melrose y en las dos primeras jornadas respondió a ese favoritismo ganando su zona con cinco victorias ante Inglaterra, España, Japón, Chile y Zimbawe.
La mala noticia es que mientras Lomu no había lucido demasiado, Eric Rush, capitán y principal figura del conjunto neocelandés, había sufrido una lesión que lo dejaba afuera del torneo e incluso obligó a que viaje a su país sin presenciar la jornada de cierre.
El plantel neocelandés, dirigido por Sir Gordon Tietjens estaba compuesto por Rush, Lomu, Rodney So’oialo, Jared Going, Karl Te Nana, Amasio Raoma Valence, Brad Fleming, Mils Muliaina, Craig Newby y Roger Randle.
Un lujo de nombres a los que habría que sumar a Benjamín Bono, un uruguayo que formó parte del plantel en la jornada final por la lesión de Rush. “En el vestuario, antes del partido se me acercó, me pasó el brazo por arriba de los hombros y me dijo ‘quedate tranquilo… no pasa nada’. Era una bestia, un gigante, su pierna era el doble que la mía!”, contó el uruguayo años más tarde en una entrevista con World Rugby.
La definición
En los cuartos de final Fiji, Australia y Nueva Zelanda respondieron sin muchos problemas a su condición de favoritos y Los Pumas lograron un agónico triunfo por 14 a 12 ante Sudáfrica, liderada por tres de sus figuras del rugby de quince: Chester Williams, Bobby Skinstad y Breyton Paulse.
Era tiempo de semifinales y allí los australianos, con un Brendan Williams excepcional, vencieron 22 a 14 a Fiji y luego apareció Lomu, con toda su potencia, y Nueva Zelanda se impuso a Los Pumas con autoridad: 31 a 7.
Chile ganó el bowl, Rusia la copa de Plata venciendo en el clásico a Georgia y quedó todo listo para la gran final entre dos grandes de Oceanía. Sin embargo no hubo duelo.
Nueva Zelanda en general y Jonah Lomu en particular arrasaron por momentos a los aussies ganaron 31 a 12 y se llevaron sin discusiones la Copa Melrose, la del Mundial de seven, la que hace 20 años, en Mar del Plata, hizo que Jonah Lomu pudiera consagrarse campeón del mundo.