Por Juan Pablo Garcia.
Desde los inicios en 1950 de la mano del Teniente Jorge Fernández Lima en el Liceo Militar General Espejo, hasta la actualidad en las cómodas instalaciones de la Carrodilla, pasando por la vieja cancha de Boulogne Sur Mer y el período en el que el club se instaló en Luzuriaga, el Liceo Rugby Club fue una referencia en el rugby de la provincia y como se trata de un juego familiar, es normal que a través de la historia vayan apareciendo los apellidos que marcaron la historia de los Clavos.
Entre los primeros cadetes que conocieron la ovalada en la década del 50’ estaba Carlos Cantú, tío de Sergio, quien fue capitán de la primera y del seleccionado de la URC, referente del equipo bicampeón del 96-97 y tío de Gonzalo Sabadín, uno de los integrantes del equipo actual. Otro de los cadetes del 50 era Horacio Scaiola, quien jugó en Liceo y volvió al club ya retirado, con su hijo Horacio (otro bicampeón 96-97). Horacio padre llegó a ser presidente de la institución.
En 1955, Liceo Militar (el Liceo Rugby Club se fundaría en 1974) obtuvo el primer campeonato oficial de primera y entre sus integrantes estuvo el Chiqui Chiapetta, apertura o centro que también integró el seleccionado local de la época. Tres décadas más tarde, en 1985, llegó otro campeonato (ya como Liceo Rugby Club) y entre sus protagonistas estuvieron sus hijos: Juanjo y Federico.
Juanjo (Juan Gustavo) Chiapetta fue uno de los mejores jugadores que dio el club. Jugó en Los Pumitas en 1984, en todos los seleccionados locales y fue clave en los títulos oficiales de 1985, 96 y 97, el Douglas Carbonell del 83 y varios sevens. Fede, el mayor, también jugó en primera y fue campeón en los 80 y Miguel, el menor, también vistió los colores celeste, blanco y negro.
Si saltamos al equipo actual, el que fue campeón en 2016 dando continuidad a los títulos logrados en 2009, 2010 y 2012, se encuentran muchos apellidos con historia. Sin ir más lejos el capitán es Rodrigo Oyonarte, quien comparte el plantel con su hermano Álvaro. Ambos son hijos de Jorge Oyonarte, de gran trayectoria como entrenador y dirigente en el club. Su hermano, Gustavo, también es entrenador, función en la que también fue campeón con la primera.
Jorge Fernández es hijo de su homónimo, más conocido como El Camión, destacado segunda línea de la década del 70. Otro hijo de un homónimo es Gustavo Gil, quien además comparte el plantel con su hermano Florencio.
Dos de los mejores forwards que tuvieron los Clavos en los 70 y los 80, e incluso habiendo integrado el seleccionado del Interior, son Juan Micheli y el Mambrú Ituarte. En el plantel actual un referente, y con varios años en el seleccionado de la URC, es Juampi Micheli y también aparecen en el pack Tomás y Agustín Ituarte.
Osvaldo Ituarte, padre del Mambrú, nunca jugó al rugby pero fue presidente de Liceo, lo mismo que Arturo Pérez, el padre del recordado Mocho, quien no solo fue un destacado hooker en los 80 sino que fue el impulsor de la mudanza a la Carrodilla y del ambicioso proyecto de lo que hoy es el club. Su hijo Franco, medio scrum del plantel superior, lleva su legado.
Javier, Juan Cruz y Nicolás Linares son hermanos y son los hijos de Javier Linares, gran apertura de los 80 y los 90 (otro de los bicampeones) y Alan Poquet es el heredero de Alejandro Poquet, uno de los primeros Pumitas de nuestra provincia en 1978. Otro que vistió la camiseta de Los Pumitas y es figura del equipo actual es Tomás Granella, hijo de Marcelo, quien fue jugador y dirigente.
También se puso la celeste y blanca, pero en seven, Omar Turcumán, quien se dio el lujo de formar parte del equipo en los campeonatos del 85, 96 y 97, además de varios sevens, disciplina en la que fue un gran especialista. Omar tuvo una dilatada trayectoria como jugador y entrenador que lo llevó por otros países como Canadá, Chile e Italia. Su hermano mayor, Alejandro, también fue un jugador destacado y entrenó la primera y el seleccionado mendocino. Hoy está radicado en Miami. También compartió la cancha con Ronaldo, otro que aportó dentro y aporta hoy fuera de la cancha. La segunda generación de los Turcumán es encabezada por Isaías (hijo de Alejandro), integrante del plantel superior en la actualidad.
Otros jóvenes del actual plantel son Juan, Nacho y Francisco Ricci, hijos del Negro Ricci, ex jugador y entrenador de juveniles, también entre los jugadores de hoy está Juan Martín Gómez Saá, hijo de Juan Gomez Saá, tercera línea y capitán del equipo campeón del 85.
Guillermo, Nacho, Rodrigo y Gonzalo Puntons son hermanos y comparten la pasión por el club que les transmitió su padre, Carlos, uno de los dirigentes más importantes que ha tenido Liceo. Otro que aportó lo suyo dentro y fuera de la cancha es el Tato Gassull, cuyo hijo, Santiago, es capitán y referente de la preintermedia de los Clavos.
Entre los campeones del 85 estuvo Pablo Aprea, quien no solo fue un wing muy veloz sino que tuvo una gran trayectoria como entrenador a nivel provincial, nacional e internacional (dirigiendo al seven de Los Pumas). Su hijo Gonzalo fue campeón en 2012 y Nicolás, el mayor, tuvo que dejar de jugar pero sigue vinculado como entrenador.
Otro entrenador campeón con Liceo y también con el seven de la URC es Marcelo Garitaonandía. Su hermano mayor Raúl fue jugador y entrenador. Los dos son más conocidos bajo el apodo de Mono. Otros Monos son Ramiro García, entrenador actual de juveniles, y su padre Armando, quien fue presidente del club en los 80
En esos años una buena pareja de centros la formaron los hermanos Dávila. El Negro (Oscar) y el Tete fueron jugadores destacados, su hermano el Chino (Roberto) siempre ha estado vinculado como dirigente y los hijos del Negro, Gonzalo y Juan, son jugadores en la actualidad.
Un símbolo del equipo campeón del 85 fue el Oso Yanelli, capitán, impulsor del rugby infantil y hasta presidente de Liceo. Su hermano Rolando fue un wing destacado a comienzos de los 80.
Aquel equipo tenía como entrenador a Ceferino Alonso, otro de los que llegó a dirigir seleccionados provinciales. En el 85 se dio el lujo de tener como jugador (de hooker) a su hermano Pali (Rafael). Además, sus cuñados son Fabián (pilar campeón del 85) y el Cacho Báscolo. Éste último sigue vinculado como entrenador y padre de Martín, actual jugador de primera.
También fue campeón como entrenador, el año pasado, Santiago Laghezza. Su padre, Luis, no solo fue un buen hooker sino que además, como arquitecto, fue uno de los que diseñó el proyecto de las actuales instalaciones. Otro caso de hijo y padre son los de Juan Ianchina, integrante del plantel actual, y el Toro (Gustavo) quien fuera jugador de primera y tuvo una larga carrera como árbitro.
Es imposible repasar la historia de Liceo sin detenerse en Gonzalo Correa Llano, líder del equipo bicampeón de los 90, integrante del seleccionado de la URC y actualmente vinculado como entrenador o dirigente. Uno de sus compañeros de siempre dentro y fuera de la cancha es su hermano mayor Luis y años más tarde el menor, Facundo, también fue un jugador destacado en la primera e integró el combinado provincial. La segunda generación ya asoma con Estanislao (hijo de Luis) en el seleccionado M18 de la URC
Desde hace unos años la cancha principal del predio de Carrodilla lleva el nombre de Oscar Jaime. El Ñato fue jugador, dirigente y también padre de dos buenos jugadores como Rodrigo y Martín.
Otro que llegó a Liceo por herencia fue el Puma Rodrigo Báez. Su padre, Gustavo, fue jugador en los 80.
Un wing muy rápido y talentoso fue el Rata Luis Bonfanti y su hermano, Mauricio, fue uno de los mejores árbitros de la década del 90. Otros hermanos que vistieron la camiseta tricolor fueron Rafael y Guillermo Varaschín; Julio (gran full back de los 80) y Mario Pagés; los Canals (Juanjo y Juan Esteban), los tres Badui (Diego, Javier y Federico) y los Pipistrelli, Pablo (Pumita en el 2005) y Darío Pipistrelli, que a su vez son hijos de Alberto.
En los 70 se destacaron los Stahringer, Roberto fue un aguerrido tercera línea y siguió vinculado como PF, Guillermo un potente full back que formó parte del seleccionado mendocino y Pablo también fue un jugador de grandes condiciones. También jugó en aquellos años Alfredo Zaragoza, cuyo hijo, Rodrigo, también se destacó en la primera liceísta.
Otros hermanos de sangre clava fueron Guillermo, Jorge y Raúl Flamarique. En el caso de Guillermo (Ternero) fue entrenador de primera, presidente del club y su hijo Mariano también jugó en primera. Si saltamos a la actualidad encontramos a Santiago, Tomás y Juan Cruz Zabaleta, todos jugadores del plantel superior.
Para terminar aparecen dos casos de homónimos pero que no son familiares: Sergio De la Torre es veterinario y además de estar vinculado al club como jugador, entrenador y dirigente, escribió un libro que sirvió de referencia para esta nota. El otro Sergio De la Torre (Pailón) es médico y también fue un entrenador y dirigente importante del club. Sus hijos hoy son jugadores del club.
Rafael Molina fue pilar y llegó a ser presidente del club. Su hermano Sergio (Rata) fue un buen medio scrum y su hijo Ignacio juega actualmente en primera. También Rafael Molina fue un destacado referí y es dirigente del club, además de ser hermano de Carlos Molina, capitán del equipo bicampeón 96-97 y quien también llegó a ser presidente del club. Sus cuatro hijos son jugadores de las inferiores del club.
Sudáfrica, 24 años después
En 1980 se hizo la primera gira internacional de Liceo RC cuando un equipo junior (M21) fue a Sudáfrica. En 2014, 24 años más tarde, el plantel superior del club de Carrodilla volvió al país de los Springboks. Además de Jorge Oyonarte y Tato Gasull, los dos únicos que repitieron el viaje, estuvieron 10 hijos de los que habían viajado en 1980: Alan Poquet, Gustavo y Florencio Gil, Rodrigo Oyonarte, Santi Gassull, Isaías Turcumán, Juan Dávila, Franco Pérez Magnelli, Nacho Puntos y Juanchi De la Torre.
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