Marista-Los Tordos, una fiesta ejemplar de rugby dentro y fuera de la cancha

La final del Top 8 Cuyano enfrentó a dos tradicionales adversarios, Marista y Los Tordos, que más allá del resultado final se llevaron merecidamente todos los aplausos dentro y fuera de la cancha.

A diferencia de los incidentes que un día antes empañaron la definición en Córdoba, los mendocinos se lucieron con un gran comportamiento y la final fue una verdadera fiesta.

El respeto que mostraron los jugadores y simpatizantes de ambos clubes fue el resultado de una iniciativa de los Curas a través de una creativa campaña en las redes sociales en la semana previa al partido, a la que también se sumaron los Pájaros.

Enrique y Juan Pablo Arnut, dos hermanos y referentes de ambos clubes

La campaña encarada por la dirigencia de Marista constó de la publicación de distintas placas que hacían referencia a la amistad entre gente de los dos clubes mostrando fotos muy ilustrativas de personajes de los dos equipos finalistas que, a pesar de ser adversarios dentro del campo de juego, también son amigos, hermanos, primos, compañeros de colegio, de vida y de aventuras.

La campaña tuvo una excelente repercusión y apuntó directamente al tema afectivo, lo que hizo que gente la fuera a la cancha más pensando en que le vaya bien a su equipo que en agredir o “gastar” al rival de turno.

Cristóbal Podestá y Bautista Pontis, jugadores del plantel superior y amigos

“Entiendo -dice Ramiro Soler, vicepresidente de Marista– que el mensaje llegó a todos y eso se vio reflejado antes, durante y después del partido»

«La dirigencia tiene un rol protagónico en el tema de la conducta», apunta Soler. «En primer lugar bajando línea sobre los valores del rugby y trabajando para que esto no quede solo en un cliché, y por otro lado en el tema disciplina, ya que si no hay penas para los transgresores, todo sigue igual».

Raúl La Rosa y Sergio Méndez, incansables colaboradores de Los Tordos y Marista

También Los Tordos se sumó a esta campaña no solo a través de las redes sociales sino también homenajeando a las madres en su día con una bandera y con los chicos de las infantiles regalando flores a todas las mamás que asistieron a la gran final.

Los chicos de Los Tordos y una flor para cada madre antes del partido (Foto: Marcelo Carubín)

El resultado de todo esto fue una final muy intensa pero leal adentro de la cancha, un gran marco de público que disfrutó la jornada y dos hinchadas que compartieron una misma tribuna, con alegría, alentando a sus equipos y respetando a sus rivales, algo que se pudo apreciar sobre todo a la hora de las patadas a los palos, incluso en la que terminó definiendo el campeonato.

Paula jugó en Marista y sus hijos juegan uno en Marista y dos en Los Tordos