¿Te imaginás a uno de los mejores aperturas del mundo jugando un seven con la camiseta de tu club? ¿Podrías invitar a Owen Farrell, Beauden Barrett o Jonny Sexton para que vengan al país con un par de amigos a jugar el seven de la URBA? Parece mentira, pero eso pasó hace 30 años, en 1988, cuando tres jugadores galeses integraron como invitados el equipo de Patroruzú Rugby Club de Trelew que intervino en el seven de la UAR (no existía aún la URBA).
Para ubicarnos en la época, Gales había sido un equipo líder del rugby mundial en los 70 pero también atravesaba un gran momento en aquella época, había sido tercero en el Mundial 87 y en 1988 compartió con el titulo del 5 Naciones (todavía Italia no se sumaba) y de yapa se llevó la triple corona al vencer a los otros tres seleccionados británicos.
El jugador más importante de aquel equipo, y uno de los más importantes del mundo en ese momento, era Jonathan Davies y tuvimos el privilegio de verlo en acción con la camiseta de Patoruzú Rugby Club de Chubut (a decir verdad usaron una azul y blanca), junto a sus amigos Ieuan Evans (otra figura) y Carwing Davies. Privilegios que otorgaba el amateurismo y que hoy son impensados.
Años más tarde, Nicanor González del Solar, en una de sus columnas, recordó: «Participaron en el Seven Anual de la UAR ( hoy URBA), disputado en San Isidro, en la cancha de CASI. Eran el medio apertura Jonathan Davies y el wing de las vocales (así lo bauticé porque tiene cuatro en su nombre) Ieuan Evans. Los llevaron los muchachos del club Patoruzú y, después de que jugaran en la Patagonia, los llevaron a Buenos Aires. Aunque los chubutenses no eran muy fuertes, el refuerzo de los dos galeses fue significativo: llegaron hasta la semifinal y el público admiró las destrezas de Davies y de Evans. Yo relataba rugby por radio, sentado en el techo de una camioneta. Lo invité al pintoresco Jonathan y, mientras descansaba, se quedó conmigo. Era todo un personaje, que quedó maravillado con el sándwich de chorizo y con las chicas argentinas.
Ieuan jugó en el seleccionado galés de 1987 a 1999. Era un puntero rápido y muy sólido en defensa. En el primer Mundial, el de 1987, marcó cuatro tries en un partido: contra Canadá, que terminó 40-9. Aun cuando le ofrecieron pasar al Rugby League (profesional en los ’80) se quedó en su club Llanelli y, por un período corto, en el inglés Bath. También fue un British Lion, en la gira a Nueva Zelanda de 1988.
Jonathan Davies, por el contrario, alternó el rugby amateur con el profesional. Sumó 37 caps (reconocimiento de un test entre naciones) entre 1985 y 1997. Pero lo hizo sin continuidad, ya que militó en el League entre 1988 y 1995. Cuando apareció el dinero en el Rugby Union (el otrora amateur) retornó al club Cardiff, donde se había formado. A los 33 años, Jonathan se dio el gusto de representar a Gales en tres tests matches más. Fue un medio apertura brillante, hombre clave en el tercer puesto de su país en ese primer Mundial».
La campaña de Patoruzú fue la siguiente: El sábado jugaron la clasificación en Pucará donde vencieron 28 a 12 al Atlético San Andrés y 24 a 12 a Los Tilos, equipo que al año siguiente ganó el seven. Ya en el CASI, al día siguiente, superó 12 a 10 a Regatas Bella Vista y cayó 15 a 10 ante San Cirano en cuartos de final del torneo que sería ganado por el Banco Nación de Hugo Porta, Aguja Gómez y compañía.
En la revista Test Match, Pablo Mamone destacó al «Show Team del seven: Patoruzú Rugby Club de Trelew. Los tres británicos mostraron sus cualidades que, por cierto, no son pocas. A Jonathan Davies no lo vamos a descubrir nosotros. Es veloz, hábil, espontáneo y desequilibrante. El otro Davies, desconocido por los argentinos hasta este seven, despertó admiración por su increíble velocidad para correr por la tarde y tomar cerveza por la noche. Al menos eso se comentó el domingo en el CASI, cuando los chubutenses dudaban sobre su participación en los partidos. Pero si Carwing sorprendió a los argentinos, las argentinas sorprendieron a Ieuan Evans. Patoruzú fue algo así como un paralelo rugbístico de los Globertrotters del básquet. Pero su alegría chocó contra un serio conjunto presentado por San Cirano. Trajo artistas de primer nivel, «payasos» que cambiaron los colores originales del club (amarillo y negro) por un traje azul y blanco importado desde Gales«
En esa misma edición de Test Match, Davies fue entrevistado por Miguel Simón en una nota de 4 páginas titulada «Manos Mágicas hace aparecer todo el rugby» y allí el célebre visitante explicó: «Hablamos por teléfono con nuestros amigos argentinos y arreglamos para venir. Por suerte Canal 4 de Gales hará un documental sobre la gira y se hizo cargo de nuestros gastos».
En aquellos años las relaciones entre nuestro país y Gran Bretaña estaban recomponiéndose después de la guerra de Malvinas y recién para 1990 se esperaba que Los Pumas volvieran a enfrentar a Inglaterra y visitar las Islas, Davies lamentó: «Me gustaría patear como Porta. Es una lástima que en estos años no pude jugar contra Hugo ni podré hacerlo». La referencia era a que el legendario apertura argentino se había retirado ese año del seleccionado y aunque retornó para esa gira de 1990, Davies ya estaba jugando al rugby league.
Otra respuesta llamativa del apertura fue sobre el crecimiento de los sponsors en el rugby, en lo que muchos consideraban un acercamiento al profesionalismo: «Es simple, si hay compañías que quieren hacer publicidad, ponen plata en el club. Por los carteles que colocan en el partido más importante de la fecha el que recibe la plata es el club, solo el club».
Davies, quien en su paso por el seven hizo 4 tries y acertó 8 conversiones, tenía en ese momento 25 años y acababa de nacer su primer hijo. En el rugby union sumó 37 tests y en el league otros 19 (10 por Gran Bretaña y 9 por Gales). Actualmente trabaja como comentarista en distintos medios de su país, donde es una verdadera leyenda de ambos deportes (rugby union y rugby league). Para entender porque mirá este video.