Alexis Padovani: «Muy pocos clubes trabajan en un scrum evolutivo»

La de Alexis Padovani debe ser una de las mayores paradojas del rugby argentino. El 19 de octubre de 1997 se lesionó la 6ª y 7ª vértebra cervical jugando un partido a beneficio de la Fundación Rugby Amistad, la que ayuda a los jugadores que sufren ese tipo de lesiones.

Hoy, tras una larga rehabilitación que tan bien cuenta en su libro El mundo por segunda vez, el Bife, como lo llaman sus amigos, es el coordinador del programa Rugby Seguro de la Unión Argentina de Rugby: “Buscamos bajar línea en relación a todo lo que tiene que ver con las modificaciones que ha habido en el scrum, con el trial de World Rugby, las acreditaciones de los primera línea y también con el tema de reconocer y retirar en el caso de los jugadores que se golpean la cabeza”, explico.

Respecto a los resultados que ha tenido el programa, el ex pilar del CASI afirmó: “Hay varios análisis que podemos hacer, el primero y principal que tenemos hoy a mano es el estadístico que nos marca que hay una menor cantidad de reseteos y de colapsos y una mayor cantidad, significativa, de ball out. Después me parece que hay que seguir trabajando en lo que respecta al cambio cultural que queremos proponer en donde se trabaja en que los primera línea no cambien los ángulos de empuje, que no escondan el hombro y que no hayan derrumbes. La realidad es que necesitamos hacer un trabajo a largo plazo formativo porque se ven grandes falencias posturales en el rugby de base y se notan muchas carencias formativas a la hora de querer trabajar en un empuje libre”.

Padovani, que también es el líder de una banda de rock (Resanta), graficó con un ejemplo la actualidad de nuestro rugby en cuanto a la formación de los jugadores: “Vengo recorriendo varias uniones y siempre pido lo mismo: “levanten la mano todos los clubes que están trabajando en un proyecto de scrum evolutivo”. En Córdoba de 35 clubes la levantaron 4 y en Mendoza de 10 o 12 clubes la levantaron dos o tres. Tenemos que evolucionar toda la cuestión postural, trabajando mejor las falencias posturales de base que tenemos producto de la mala preparación física que hay hoy en los colegios. Todo lo que se trabaja en otros países del mundo desde el colegio en nuestro país lo tenemos que suplir desde los clubes y en los pocos estímulos semanales que tenemos a la hora de entrenar un equipo debemos tener una instancia de preparación de posturas”.

Alexis aclara que las buenas posturas no solo sirven para el scrum. “Es la base de cualquier deporte y en el nuestro una buena postura significa mayor seguridad en el scrum y mejorías físicas y técnicas de los jugadores trasladadas a todas las instancias del juego. Hoy el mayor porcentaje de golpes en la cabeza está dado en el tackle y muchas veces la causa es una mala postura o un mal encuadre. Esas son las cuestiones que tenemos que tratar de trabajar desde abajo. Por eso hablaba de múltiples lecturas, por eso no es solo el scrum y por eso es importante trabajar a través de la plataforma educativa que está implementando la UAR para hacer capacitaciones constantes y que los formadores tengan un sustento un poco más profesional, si se quiere, porque la mayoría de esos formadores del rugby argentino, salvo lo que se han especializado, tienen conocimientos adquiridos en cancha. Necesitamos formadores que estén más preparados para abordar a un jugador, saber como evolucionarlo y como acompañar el crecimiento de los chicos. Son tantas cosas que nos llevan a trabajar en un cambio cultural a corto plazo pero entendiendo que la lectura real la vamos a tener probablemente en diez años”.

Ante la consulta de si hay menos lesiones, Padovani resaltó: “Las lesiones catastróficas han bajado. En el scrum el año pasado no hubieron pero si las hubieron en otra instancia del juego. Ahora, que no haya habido el año pasado lesiones en el scrum no significa que no va a haber más lesiones en el scrum. Muchos preguntan por la figura del idóneo al lado del scrum como asistente y creo que es una figura intimidatoria con la que los jugadores saben que cualquier derrumbe puede significar un penal en contra, entonces van a tratar de que no haya derrumbes”.

El objetivo del programa Rugby Seguro es la toma de consciencia: “Un poco se ha logrado, según las estadísticas, y un poco no, porque si bien hay una mejoría general seguimos viendo partidos con errores. Tenemos que seguir trabajando y entender que si no nos hacemos cargo en trabajar en esta situación vamos a seguir con el metro y medio de empuje en el plantel superior, con el árbitro asistente de scrum y la tarjeta amarilla agravada. Hay que trabajar entre todos para concientizar y comprometer a los formadores en generar un cambio de paradigma.

Respecto de como ven en el resto del mundo los cambios implementados en nuestro rugby, destacó: “Salvo la figura del idóneo y el metro y medio de empuje, salvo en 5 yardas, estamos dentro de un trial abierto este año que tiene la misma reglamentación para cualquier torneo del mundo. El único cambio es que tenemos, en plantel superior, un metro y medio de empuje, salvo en 5 yardas. Afuera la ven como una cuestión necesaria en un país que está tratando de combatir una problemática muy importante que es un aumento de aproximadamente un 800% de lesiones en el scrum en los últimos 23 años y la mayoría de los lesionados eran chicos de 20 a 23 años. Debemos preocuparnos en ser buenos formadores y en como desarrollamos a esos chicos como para generar un ámbito seguro. La situación más insegura que tiene el scrum es cuando dura mucho tiempo, el que no va a ball out rápidamente y el que se derrumba o colapsa o se resetea constantemente. Por ejemplo, Jerónimo Bello se lesiona en el cuarto reseteo de un scrum, a los 38’ del primer tiempo y con un promedio de dos o tres reseteos por scrum. El cansancio de sus piernas era tremendo. Y si planteamos un rugby con menos cantidad de scrum la estadísticas empieza a cambiar sola”.

Comparando la época en la que fue jugador y la actualidad, expresó con claridad: “Yo me lesioné con las reglas viejas pero pienso que en esa época estábamos mejor formados que hoy desde lo técnico. En este país todos nos rasgamos las vestiduras de lo que es el scrum pero cuando vos preguntas cuantos minutos de scrum se laburan por semana hay algunos que te dicen 15 o 20 minutos. Yo tenía entrenamientos donde, si habíamos tenido mal scrum el fin de semana, nos hacían llevar y traer el burro (la máquina de scrum) por toda la cancha 6 veces. Hoy esa metodología tampoco sirve en lo formativo porque el deporte evolucionó, pero trabajar en un buen desarrollo del jugador nos va a dar resultados en el mediano o el largo plazo. Mientras tanto habrá que seguir trabajando en la disciplina de los jugadores para que haya un cambio”.

Para terminar, incluyó a todos los protagonistas entre los responsables de hacer un Rugby Seguro: “Todos tenemos que mejorar. No hay culpables pero todos somos responsables y tenemos culpas repartidas. Todos, de alguna manera, hemos atentado contra el scrum. Hemos cambiado el ángulo de empuje, hemos derrumbado, hemos escondido el hombro y hemos especulado que si derrumbábamos el scrum el árbitro me iba a cobrar a favor, después estuvo el entrenador que me enseñó a cruzar o a derrumbar y después estuvo el árbitro que no aprendió a advertir cuando hay una infracción. Son responsabilidades re contra divididas y en un mismo porcentaje para todos”.