Estanislao Bachrach es biólogo, reconocido como científico y colabora con la UAR en el desarrollo de las destrezas mentales desde hace dos años, más puntualmente participó en los dos últimos procesos del seleccionado de menores de 20 años y capacitando a entrenadores nacionales y managers de las academias.
En un Instagram live de la Unión Argentina de Rugby, el destacado científico contó como ha sido su experiencia vinculada al rugby y a los equipos nacionales.
«La ciencia ha avanzado mucho, gracias a la tecnología, en comprender como funciona el cerebro y el deporte no quedó ajeno a eso. Por eso mi trabajo desde 2012, no mucho, es tratar de entender que saben los científicos de como funciona el cerebro, como mejorar la performance de los deportistas de elite y entender las destrezas mentales que necesita», explicó.
- Diferencia entre cerebro y mente
«El cerebro son las neuronas que uno puede entrenar como si fuese un músculo y que están conectadas entre sí. Mientras más conecciones el cerebro funciona mejor. La mente es más difícil de describir pero para hacerlo fácil es lo que uno piensa y uno siente. Ambas cosas, cerebro y mente, están conectadas. La ciencia, gracias a la tecnología, demuestra que cada acción que ejecuta un deportista se da porque el cerebro y la mente le pasan una orden al cuerpo y mi trabajo pasa por entender cuáles son las áreas del cerebro involucradas en ese gesto técnico y en entender la táctica. Si yo las conozco y se cuáles son las herramientas para fortalecerlas estoy haciendo entrenamiento de destrezas mentales».
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A veces la ciencia identifica las áreas pero a veces el entrenador, sin tanta ciencia, y hasta el jugador mismo es el que va sintiendo que mejora su rendimiento. Lo que si es clave es entender que el cerebro puede mejorar, pero si uno deja de entrenarlo vuelve hacia atrás. Además las destrezas mentales son herramientas que sirven para la vida, no solo para el deporte. Mejoran el rendimiento y también a las personas».
- Autoconocimiento y objetivos
«La clave de todo está en conocerse. Es como conocer el motor de tu auto. La cabeza es tu motor. El primer gran trabajo es conocerse más, ‘pensar como pensás’ y ‘pensar como te sentís’. Esa forma de pensar y esas emociones impactan mucho en tu performance y tus comportamientos. Éste detalle, en la elite, hace la diferencia».
«El otro pilar de nuestro trabajo en la UAR es el tema de los objetivos: ‘¿qué vas a entrenar hoy?’ o ‘¿qué objetivos tenés?’. Un cerebro que antes de un entrenamiento sabe lo que quiere mejorar es una gran ayuda para el entrenador, sobre todo si está motivado para hacerlo. Es importante establecerse objetivos a largo, a mediano y sobre todo a corto plazo: ‘¿qué querés mejorar hoy?'»
«Está bueno que el entrenador le pregunte al jugador como se siente pero una herramienta es establecer entre todos los objetivos para un entrenamiento y que cada uno después se autoevalúe. No son objetivos de resultado sino de rendimiento. El entrenamiento mental no se basa en como ganar sino en como mejorar. Si todos mejoramos vamos a estar más cerca de ganar pero hay muchas más cosas que el resultado. Los progresos tienen impacto en la motivación del jugador. ¿Qué pasa si no hay progreso? Quizás haya que pensar en cambiar la forma, estrategia o proceso de entrenamiento».
«No creo que haya una edad en la que sea peligroso arrancar con destrezas mentales. Los jardines de infantes trabajan mucho en eso aunque después en primer grado eso se termina. Hay que buscar gente apta para comunicarlo a chicos de 6 o 7 años pero mientras más rápido se empiece mejor»
- Liderazgo y destrezas mentales
«No solo buscamos que cada jugador trabaje su cabeza sino buscar o formar líderes, dentro o fuera de la cancha. El liderazgo es necesario para un equipo, por eso lo agregamos al trabajo de destrezas mentales».
Hay 8 destrezas mentales:
- Confianza: la autoconfianza es necesaria en un deportista de elite. Tener confianza en uno mismo depende mucho de la educación cuando uno es chico pero es mejorable.
- Motivación: es la que menos problemas encontré en el deporte de elite. Puede faltar o disminuir por cuestiones externas y hay que trabajarla.
- Activación cognitiva: entender con tu cabeza lo que le pasa a tu cuerpo. Por ejemplo un dolor de panza. Hay que aprender a reconocer esas cosas porque sacan los nervios y ayudan a entender las emociones.
- Self talk: ¿en que estás pensando? la calidad de ese pensamiento va a impactar en la tensión de tus hombros y eso va a impactar en el gesto técnico. El jugador empieza a aprender a cambiar los pensamientos que lo ponen inseguro por algunos más racionales o positivos.
- Concentración y atención: en los deportes individuales es clave. Implica mejorar las conecciones de los circuitos de la atención y aquí no hay dudas que la meditación es la herramienta más potente. Las meditaciones son de distintos tipos y siempre son tranquilas pero no tienen porque ser aburridas. Lo que más me interesa es que cuando me desconcentro, que es normal, la meditación me permite volver más rápido a estar atento.
- Visualización: Tiene mucha ciencia detrás. Hay distintas fórmulas sobre cuando y como hacerlo. Es peligroso hacerlo mal, por ejemplo visualizar un gesto técnico mal hecho.
- Gestión de las emociones: el miedo, la ansiedad, etc. interfieren en nuestra performance y manejar esas emociones es sencillo y a los jugadores les gusta mucho aprenderlo.
- Manejo del stress: todo deportista siente stress, es algo bueno porque permite focalizar y genera adrenalina pero cuando se pasa del umbral, que en cada persona es distinto, es perjudicial. Usar técnicas de relajación es muy útil para esto.
- Trabajo individual y grupal
«El trabajo individual y grupal son diferentes. El individual es más detallado y con feed back inmediato, eso lo hace más rápido y fácil. El grupal es más disperso y no sabés si a algunos jugadores les estás llegando. El momento de las giras o concentraciones sirve mucho, pero no hay que volverse loco con llegarle a todos los jugadores porque hay estudios informales de que si el 30% o 40% de los jugadores incorporan estas destrezas mentales el rendimiento del equipo mejora un 180%. Me siento más incómodo con los equipos y siempre trato de hacer encuestas anónimas para tener un feed back. Hay que ser honesto y humilde para aprender de los errores y escuchar a todos para mejorar».
- El Protocolo MAN
«Nosotros erradicamos la palabra control de las emociones. Las emociones son parte del ser humano y está bien, es normal, tener miedo. El tema es cuanto miedo tiene y como afecta su performance, por eso decimos que regulamos esas emociones».
«En la UAR nos preguntamos ¿quién en el mundo tiene que regular mejor sus emociones? y dimos con un protocolo de los Navy Seals, quienes buscaban a la hora de entrar en acción la forma de manejar sus emociones de la mejor manera posible. Ese protocolo lo adaptamos a lo que queríamos y de ahí salió el Protocolo MAN».
«En el M20 determinamos que en los jugadores las emociones más comunes eran Miedo, Ansiedad y Nervios (MAN). ¿Como manejar esas emociones? Lo primero es desmitificar que esas emociones son malas o negativas, sino que son normales. Tener miedo es normal, después cada jugador debe autoconocerse y saber con que intensidad de miedo juega bien y con cuanto miedo juega mal. Por eso hablamos de regular».
El Protocolo consiste en 4 pasos que son tener claro el objetivo de rendimiento a la hora de salir a la cancha. Deben ser solo 2 o 3 objetivos que el jugador se propone hacer muy bien, los va a visualizar e imaginar previamente haciéndolos bien técnica y tácticamente, de acuerdo siempre a la planificación del entrenador para ese partido. Para eso es clave como me voy a hablar (self talk positivo o racional) antes y durante el partido y debe ser de manera directiva, sin dejar que entren los pensamientos negativos. Por último hay que tener claro que cuando tenés miedo, ansiedad o nervios por el stress respirás más agitado, y eso hace que menos neuronas funcionen porque la red arterial se achica. El stress hace que pienses peor y tomes peores decisiones. Por eso en situaciones de stress usamos la respiración profunda, por nariz, inhalando 4 o 5 segundos y exhalando por boca 7 u 8 segundos. Eso alimenta las neuronas y ayuda a tener claridad mental dentro del partido. Ahí termina el Protocolo MAN».