Nicolás Mario Rizzo, una emblemática figura del rugby de Córdoba y Tucumán, falleció este sábado 18 de febrero a los 77 años en Villa Carlos Paz, dejando como legado una extensa trayectoria como jugador y entrenador.
El Mono, como todos le decían, fue el responsable del mayor triunfo del rugby tucumano, cuando desde su rol de entrenador principal, Los Naranjas le ganaron a Francia, en junio de 1992 (25-23), en un encuentro que se disputó en el Estadio Monumental José Fierro de Atlético Tucumán. Otros grandes partidos de Tucumán con Rizzo como entrenador fueron el triunfo ante Costa Vasca, el empate con New South Wales y las épicas batallas ante los All Blacks y los Springboks.
Aunque su nombre haya estado asociado a Tucumán Rugby, donde se cansó de ser campeón entrenando junto a su amigo Willy Lamarca en los años 80 y 90, al seleccionado tucumano y también a Los Tarcos, club en el que jugó y fue entrenador, nunca ocultó su amor por Tala, su club. “La gente lo sabe, nunca lo escondí, y todos me bancaron así. Es mi club y voy por lo menos una vez al mes”, afirmó años atrás durante una entrevista con La Gaceta.
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“Los triunfos y los campeonatos son para las estadísticas, los amigos para toda la vida. Y sí, son ellos los que te van a dar la contención. Vos podés tener títulos, pero si te falta a quién contárselo, con quien compartirlo, ¿de qué te sirve?”.
El Mono Rizzo en el Diario La Gaceta de Tucumán.
“Nunca me gustó jetonear al lado de la cancha. Lo que no hiciste en la semana no lo vas a corregir ahí”, afirmaba el Mono, apodo que ligó en la secundaria. “Un amigo me dijo que caminaba igual que un mono. Al principio me calenté, pero fue peor. Y me quedó”, le contó hace algunos años al Diario La Gaceta de Tucumán el que fuera ganador del Cap, la máxima distinción que entrega la URT, en 2013.
“¡Que equipo era Tucumán Rugby! Siempre le estaré agradecido a Willy Lamarca de haberme llevado. Manejamos un equipazo lleno de cracks, que era la columna vertebral del seleccionado tucumano y con algunos Pumas que no es un dato menor. Teníamos una línea de backs tremenda. Ellos se divertían y nosotros disfrutábamos de afuera”.
Nicolás Rizzo en Tercer Tiempo NOA.
«Tala es mi identidad. Mi vida. El lugar de mis amigos en una mesa generosa. Tala es todo», le dijo el Mono Rizzo a Tercer Tiempo NOA: «Tuve el honor de vestir la camiseta blanquinegra jugando de pilar derecho, de tercera línea y en algunas oportunidades de centro«, recordaba.
Tan blanquinegro era que en los 70, cuando la concesionaria en la que trabajaba lo mandó a establecerse temporalmente en el NOA, los fines de semana viajaba a Córdoba sólo para jugar con su club. “En ese entonces, a más de 200 kilómetros ya podías jugar en otro club sin necesidad de pase. Así fue que jugué dos años en Jockey de Salta. Pero a veces me necesitaban en Tala, y ahí nomás agarraba el auto y rajaba. Terminaba el partido y pegaba la vuelta, porque al otro día siempre me llamaban desde la central para preguntarme si había novedades”.
Fuentes: Diario La Gaceta y Tercer Tiempo NOA.