Christian Martin es uno de los personajes cuya popularidad más creció con la pandemia de coronavirus. Su trabajo periodístico como corresponsal en Gran Bretaña para América ha tenido una gran repercusión y ha visibilizado aún más lo que ya venía haciendo en Fox Sports desde hace varios años.
Siempre trato de formarme, leer, modernizarme. Los medios van evolucionando siempre, como el rugby. Si algo te gusta lo vas a hacer con pasión, si lo hacés con pasión lo vas a hacer bien y si lo hacés bien te van a pagar bien».
Quien fue elegido ganador del denominado «Mundial de periodistas» en twitter, tuvo una larga trayectoria rugbística que comenzó desde chico en el Club Atlético San Isidro e incluyó experiencias en Francia (Brive), Inglaterra (Saracens) y Gales (Pontypridd).
En Francia les pedí hacer una experiencia en medios y me ayudó mucho que aprendí rápido el idioma. En Inglaterra el rugby estaba cambiando pero uno no tenía la seguridad de poder vivir de eso. Era más una forma de abrir puertas».
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Integrante de seleccionado de Buenos Aires en 1992, este fuerte pilar de la camada 71 del CASI habla cinco idiomas y tiene una larga trayectoria periodística que incluye cinco mundiales de fútbol desde el 2000.
En la camada 71 nos divertíamos mucho. No éramos los mejores pero había muy buenos jugadores. Nuestro capitán era Pichu Huidobro, un ala picantísimo. Tuvimos una etapa de juveniles buenísima, con grandes entrenadores y divirtiéndonos con nuestros amigos que en definitiva es de lo que se trata el club».
El padre de Teddy (medio scrum de Harlequins de 15 años) comenzó en las infantiles del Atlético, tuvo un breve paso por el yudo y el handball hasta que a los 13 años volvió al que el mismo denomina el club más grande de América. «No conozco ningún club de rugby tan grande. La grandeza involucra muchas cosas como cantidad y calidad, de jugadores, filosofía, instalaciones, historia, valores, socios», explica.
Jugaba de segunda línea, era más alto, y en quinta Jorge Bock me puso de pilar y desde ahí le tome una pasión a la posición, siempre soñando con algún día jugar en la primera. El CASI tenía un pack tremendo donde casi todos eran Pumas y uno se inspiraba en jugar con ellos».
«El club siempre fue un oasis con grandes amigos y un sentido de pertenencia único, incluso para la familia. Siempre me acuerdo que mi mamá decía ‘lo último que vamos a dejar de pagar es la cuota del club'» cuenta Christian a quien le tocó jugar en Primera acompañando, entre otros, a su ídolo: Fernando Morel.
Mi ídolo de siempre, al que tenía en la carpeta del secundario, era el Pope (Fernando Morel) un referente dentro y fuera de la cancha. El siempre me decía que me entrene pero que no descuide lo otro».
El debut en Primera fue a los 19 años, en 1990: «El club estaba armando una gira a Sudáfrica que finalmente se suspendió y Gonzalo (Beccar Varela) me llamó para subir a entrenar con el plantel superior. Me citó en el bar del club y estaba Matías Allen. Llegar a la primera fue un sueño, de lo más lindo que viví».
Al debutar en primera la emoción es tremenda pero te apremia tanto la necesidad de estar a la altura que no tenés tanto tiempo de disfrutarlo. Jugar en primera fue un sueño y una gran responsabilidad»
Feliz Cumple querido Club. 25 años y nunca dejé de extrañarte. 💪🏻🦓🎂 pic.twitter.com/WGQqXumTPo
— Christian Martin (@askomartin) October 25, 2019
Comparando sus vivencias como jugador en el exterior, el Asko resalta: «Los valores de respeto, trabajo en equipo y disciplina se mantienen pero en ningún lado experimenté un orgullo y motivación tan grande como ponerse la camiseta del club».
Los principios del club son jugar con amigos y pasarla bien pero respetando al club. Para respetarlo tenés que entrenarte mucho para estar a la altura y para trabajar es lo mismo, hay que prepararse. Acá los ingleses dicen mucho que ‘fallar en la preparación es prepararse para fallar».
Entre los mejores jugadores con lo que le tocó jugar, Martin nombra a «Tati (Phelan) por la locura que tenía, Pope (Morel) y seguramente el mejor fue Gabriel Travaglini. Acá en Inglaterra tuve la suerte de jugar con Michael Lynagh, Philippe Sella, Francois Pienaar y Richard Hill, un ala de Inglaterra y de los Lions, que fue mi compañero de casa y me dio una gran mano».
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Por último, hizo una analogía entre las adversidades que a veces encuentra en lo laboral y que debió superar dentro de la cancha: «Las condiciones de laburo de clima y horario a veces son duras pero ¿como voy a tener frío en el Canal de la Mancha si hay menos viento que en La Boya?. Esas pretemporadas que hacíamos en el CASI hoy te ayudan a ser fuerte física y psicológicamente».
El CASI es mi club, mi casa, mi familia. Si estuviera en Inglaterra sería perfecto. Fue una manera de ser feliz, aprender, divertirse y educarse. Después de tantos años que me fui nunca dejé de extrañarlo».
Charla virtual de Christian Martin con el Club Atlético San Isidro