Tras varios días internado en los que las señales de apoyo se multiplicaron en el ambiente del rugby argentino, murió este lunes Héctor Pochola Silva, un símbolo de Los Pumas y de todo el rugby argentino.
A los 73 años, el ex capitán y entrenador del seleccionado nacional falleció en La Plata, la ciudad en la que está su club de toda la vida, Los Tilos, y donde también se recibió de veterinario.
“La primera vez que me miré en el espejo con la camiseta puesta sentí orgullo. No sabía bien de qué se trataba ser Puma, pero sólo de pensarlo me estremecía. Nadie es capaz, por sí solo y con las palabras justas, de encontrar la definición exacta de lo que siente un hombre de rugby cuando es convocado para un seleccionado nacional” (Héctor Silva en su autobiografía Pasión y Coraje)
El hombre de la vincha, como se lo distinguía, trascendió las fronteras del rugby y hasta Guillermo Vilas alguna vez reconoció que se había inspirado en él para usarla.
Pochola, como lo conocían todos en al ambiente, debutó en la histórica gira a Sudáfrica de Los Pumas del 65, donde con 20 años fue considerado una gran figura, su amigo Ángel Gustella lo nombró capitán en 1967 pero su carrera se interrumpió en 1971, cuando la Unión Argentina de Rugby lo suspendió por aparecer en un aviso de televisión, algo que era considerado profesionalismo.
En 1978, de la mano de Papuchi Guastella, volvió al seleccionado y jugó tres temporadas más hasta su despedida, en 1980, ante Resto del Mundo.
En total disputó 24 tests, dos de ellos en la gira de Sudamérica XV por Sudáfrica, ante los poderosos Springboks.
Luego, en 1984 asumió la conducción de Los Pumas en dupla con Guastella. Los logros no tardaron en llegar ya que en 1985 Los Pumas lograron el primer triunfo de la historia ante Francia y el histórico empate ante los All Blacks.
En 1986, con Silva como head coach, hubo otro triunfo ante los galos y en 1987, tras una mala actuación en el primer Mundial, dejó el cargo pero siguió vinculado al juego desde distintos lugares.
Su actividad como dirigente continuó, ocasionalmente en la unión y sobre todo en Los Tilos, donde jugaron sus hijos (Rafael llegó a jugar en Los Pumas), fue presidente, fue nombrado socio honorario en 2017 y la cancha principal lleva su nombre.