En septiembre de 1987 el San Isidro Club le ganó 28 a 6 a Belgrano Athletic, en Boulogne, y se aseguró el título de Primera División de la UAR (aún no existía la URBA) el 12do. del exitoso ciclo como entrenador del Veco Villegas, quien falleció al año siguiente
En la cobertura del encuentro y de los festejos del SIC, la revista Test Match publicó una foto en la que se ve a un chico, con una bandera del equipo campeón, dando la vuelta olímpica delante de Paul Chevallier, Carlos Durlach, Fernando Sainz Trápaga y Diego Cash.
A través de la cuenta de instagram de #ElMuseodeEdenParkArg y gracias al aporte de Sebastián Perasso, supimos que el pibe de la vuelta olímpica, de unos 10 años, era Mariano Perasso, sobrino del Gringo, primo de Milo y Sebastián y sobre todo un apasionado del rugby, que dejó una huella y una historia que vale la pena contar.
Unos años más tarde de aquella foto, Mariano pasó a Liceo Militar, un club vinculado históricamente al SIC porque era donde había jugado el Veco Villegas, y también jugó en Tacurú de Misiones.
Mariano Perasso fue un jugador emblemático de Liceo, formó parte de algún seleccionado de la URBA y durante dos años vivió y trabajó como ingeniero agrónomo en Misiones y por eso jugó en Tacurú, donde hoy el premio al mejor jugador del tradicional seven que organiza el club, lleva su nombre.
El 14 de marzo de 2007 el diario La Nación publicó estas palabras: «El rugby marcó su vida a fuego; Mariano Perasso, que volvió de Misiones liberado de sus compromisos profesionales, lo primero que hizo fue reencontrarse con su pasión: el rugby, e inmediatamente se puso la camiseta de Liceo Militar, dispuesto a defenderla en la temporada a punto de empezar. No tuvo tiempo: el domingo último, a los 30 años, el querido wing murió por una fiebre hemorrágica«.
Aquel pibe que a los 10 años daba la vuelta olímpica se fue muy joven, vivió el rugby apasionadamente y su recuerdo se mantiene vigente.