«Lo que hace histórico a un estadio no es la arquitectura, sino lo que pasó allí», dijo Marcelo Bielsa antes de la demolición del viejo San Mamés, en Bilbao. La frase cabe para rescatar a un escenario histórico del rugby argentino que este 25 de mayo de 2021 cumple 50 años.
Por todo el rugby que pasó por allí durante estas cinco décadas, la cancha del Mendoza Rugby Club es un lugar emblemático para el juego en la provincia, la región y el país, que bien puede ser comparable a otros históricos como la cancha del CASI, la Plaza Jewell, La Caldera del Parque 9 de julio de Tucumán Lawn Tennis y la vieja cancha de La Tablada en Barrio Urca.
El 25 de mayo de 1971, el Mendoza RC y nada menos que Los Pumas fueron los encargados de inaugurar la cancha que se destaca por estar ubicada en un barranco en el que unos años después se construyó la tribuna de cemento, la misma que esta semana fue testigo de la reunión de algunos de los protagonistas de aquel primer partido.
«Cuantas veces de chico quise bajar esas escaleras!!! Que linda cancha!» comentó desde Gales el propio Gonzalo Bertranou, hombre de Los Tordos, en referencia a ese particular camino de ingreso a la cancha que vio crecer y brillar a grandes jugadores con la camiseta blanca de los Conejos como Fede Méndez, Eusebio Guiñazú, Rito Irañeta, el recordado Carlitos Cipitelli, Federico Silvestre, Pablo Guarrochena y Rodrigo Isgró, entre otros de distintas épocas.
Los Pumas, Francia, Western Province, la Universidad de Stellenbosch, Vitry de Francia, el Batallón de Joinville y Suburbs de Nueva Zelanda, entre otros, pasaron por La Catedral de Bermejo, escenario de aquel gran Torneo de Clubes Campeones que organizaron los dueños de casa entre 1987 y 1997, de grandes partidos del seleccionado de la URC, finales del Regional del Oeste y también anfitrión de Los Pumitas en el Sudamericano juvenil de 1986 y el Mundial M21 del 2005.
Pero vale la pena volver a mayo de 1971, hace 50 años, cuando «todos los que estábamos en el club dedicábamos el día entero a prepararnos y preparar todo para ese acontecimiento único. El hecho de que, además, jugáramos contra Los Pumas, era como un sueño impensado hasta ese momento. Nos entrenábamos sin parar y aparte trabajábamos todas las horas posibles para arreglar la cancha y preparar todos los detalles», contó Ernesto Naveyra, capitán de aquel equipo del Mendoza RC.
«Estos tenaces mendocinos han corrido un cerro y lo han aprovechado para hacer una tribuna natural ya que la cancha queda en un bajo. A pesar de la poca lluvia han hecho enormes esfuerzos para plantar pasto y poner mullido el campo. Lo lograron. Todo es fruto del amor por un ideal» (Nicanor González del Solar, en El Gráfico)
El árbitro fue Carlos Tozzi, años más tarde presidente de la UAR, y el decano del rugby mendocino inauguró su casa con esta formación: Carlos Guiñazú, José Luis Crivelli y Rito Irañeta; Lauro y Smith; Jorge Nasazzi, Alejandro Chango Serpa y Luis Chaluleu; Ernesto Naveyra (capitán) y Orlando Terranova; el Gato Quiroga, Ragazzone, el Colorado Lomazzi, Miguel Brandi y Alejandro Petra. El entrenador era Alfredo Pilar Navarro.
Entre varios nombres históricos del rugby mendocino que integraron aquel equipo, Irañeta formó parte de Los Pumas entre 1974 y 77, el Tano Crivelli jugó en Sudamérica XV y entrenó a Provincias Argentinas, el Choique Chaluleu y el Caballo Nasazzi tuvieron una larga trayectoria como dirigente y en el coaching de la UAR, respectivamente, y el Loco Petra se radicó en Tucumán desde donde llegó a ser entrenador de Los Pumas.
Los Pumas, dirigidos por Eduardo Poggi y con tres bajas de peso como las de Tomás Harris Smith, Arturo Rodríguez Jurado y el capitán Pochola Silva, alinearon a Hugo Nicola, el Gato Handley y Ronnie Foster; Orzábal y Aitor Otaño (capitán); Carbone, Wittman y Tito Fernández; Blacksley y Pipo Méndez; Marcelo Pascual, Matarazzo, el Negro Loyola, Eduardo Morgan y Dudley Morgan.
Hubo dos particularidades: una que Loyola era habitualmente tercera línea pero jugó de centro y la otra es que en 1974 Arturo Orzábal fue invitado por el Mendoza RC a una gira por Europa.
«La vivencia mas linda de ese día, creo que fue la entrada a la cancha, en medio de una doble fila de las damas del hockey, encabezados por Bernardo Otaño, capitán de los Pumas, de mí como capitán del equipo y de Luis Chaluleu, quien había sido capitán hasta un tiempo antes y es uno de mis amigos mas queridos» (Ernesto Naveyra).
«El partido fue maravilloso y en muchos momentos parejo. No hay que olvidar que Los Pumas estaban a poco tiempo de viajar a su segunda gira a Sudáfrica y venían luchando por ganarse un lugar en ese equipo», destacó el capitán local en referencia a que el seleccionado nacional estaba a solo un mes del debut en tierras sudafricanas.
La crónicas de la época señalan que Los Pumas se fueron algo disconformes con su actuación pero gratamente sorprendidos, no solo por la excelente atención recibida sino también por el buen juego de los mendocinos que «no solo tienen cancha nueva sino también un rugby nuevo».
Ante unas 4.000 personas (se recaudaron 20.000 pesos ley 18.188) que vieron el encuentro desde arriba del barranco o en la tribuna tubular instalada especialmente del lado sur, Los Pumas ganaron por 29 a 6 ya que los locales se dieron el gusto de anotar un lindo try a través de Miguel Brandi y un penal de Naveyra.
Los Pumas, que al cierre del primer tiempo ganaban 16 a 6, anotaron a través de los tries de la figura Eduardo Winny Morgan (3), Matarazzo, Fernández y Wittman. Pipo Méndez sumó 4 conversiones y un penal.
50 años de La Catedral
Por Gervasio Guiñazú*
Tantas veces de chicos, nos paramos en las escaleras del club. Y sentimos como, desde el camarín, 15 pares de botines en perfecta sintonía empezaban su procesión.
Sentimos, como cada tapón, sin diferencia de peso ni estatura, formaba una sinfonía con el resto para llegar a La Catedral. Sentimos y sentíamos, sabiendo lo que estaba por pasar.
Miramos con admiración a quienes bajaban por esas escaleras, escudados en camisetas blancas y coronados por el Conejo. Tantas veces sentimos y tantas otras tuvimos la oportunidad de vivirlo.
Hoy nos detenemos a pensar en aquellos que por primera vez vivieron ese épico momento. Único e inigualable. Hace 50 años un grupo de jugadores bajó, por primera vez, las escaleras del club. Una procesión que iba a repetirse tantas veces a lo largo de 50 años.
Nuestra cancha 1 son las victorias y las derrotas, los aplausos y el consuelo, las voces al costado de la cancha, las miradas penetrantes en las tribunas.
Nuestra cancha 1 es el pulmón con el que respira nuestro club. Y hoy queremos celebrarlo dándole la identidad que se merece.
Esta cancha, es nuestra Catedral.
*Gervasio es hermano de Eusebio e hijo de Carlos Papita Guiñazú, protagonista de aquel partido y ex presidente del Mendoza RC.
Fotos: Gentileza Mendoza RC.