En el ambiente del rugby si uno recuerda la temporada 1989 lo primero que se viene a la cabeza es el gran equipo de Banco Nación, que encabezado por Hugo Porta llegó a ser considerado como el mejor del siglo. Sin embargo es justo señalar que aquel Banco del 89 compartió el título con Alumni, club que inició ese año una era histórica con 4 campeonatos consecutivos en el rugby porteño.
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A tres décadas de ese primer logro, el plantel superior del club de Tortuguitas homenajeó en una cena a los campeones de aquella época y el actual head coach, Santiago Van der Ghote, explicó: «Ese fue el gran salto que dio Alumni. Para los de mi generación ellos son los primeros ídolos del club. Alumni rompió en ese momento una racha de como 20 años en los que venían saliendo campeones el SIC y el CASI y a partir de ahí salió campeón cuatro años seguidos. Ese equipo puso al club en un lugar que nunca había estado y después para todos los que vinimos es como que el camino estaba allanado. Por eso nos gustó la idea de que los últimos campeones agasajen a los primeros campeones que tuvo el club. Fue una muy linda cena» contó el Chino, integrante del equipo que fue campeón en 2001 y el Nacional de Clubes 2002, el eslabón que une a los tetracampeones 89-92 y a los que dieron la vuelta olímpica en 2018.
El festejo del 2018 no pudo repetirse en 2019 e incluso Alumni quedó fuera de las semifinales y así lo analizó el head coach: «No tuvimos un buen año. Nos costó encontrar el equipo, empezamos el año con muchísimas lesiones y muchos jugadores que estuvieron el año pasado no arrancaron. La verdad es que creo que el equipo no se encontró nunca en todo el año. No encontró la fluidez para jugar como había terminado jugando el año pasado. Nos costó, no logramos esa sintonía».
Respecto de los motivos de esa irregularidad, el Chino explicó: «El 2018 lo terminamos con un plantel muy grande y una base de jugadores de primera e intermedia de unos 40 o 45 jugadores y de esos 45 arrancamos el año con 25. Entonces todos esos cambios que hicimos el año pasado, que entraban y salían jugadores pero el equipo no se resentía, este año no lo pudimos hacer».
El cierre de la temporada es con el Nacional de Clubes y Van der Ghote, referente del equipo que fue campeón de ese torneo en 2002, lo vive intensamente y con alguna crítica para señalar: «A nosotros siempre, históricamente, nos encanta el Nacional. Nos gusta mucho jugarlo pero sinceramente, como están armadas las zonas y el esquema del torneo es bastante vergonzoso. Yo compito con equipos contra los que no juego. Por ahí no pierdo ningún partido y no clasifico, o al revés. No lo entiendo. Simplemente es para decir que hicieron un Nacional de Clubes donde van a tener cuatro clasificados del interior y cuatro de Buenos Aires. Es la única excusa. No clasifican los mejores y eso me parece raro».
En el 2019 el Nacional volvió a jugarse al final de la temporada, después de 5 años de haberse disputado en el inicio del año. Van der Ghote tiene su opinión al respecto: «Nos gusta más jugarlo a principio de año porque estás con más ganas. El Torneo de la URBA es demasiado largo y hay un montón de clubes, que no es porque no les guste el Nacional, sino porque acaban de jugar 24 o 25 partidos y les va a costar. El Nacional empezó y todavía no se jugaban las finales de intermedia y preintermedia. Belgrano y el SIC jugaron la final del Top 12, empezaron el Nacional y al día siguiente jugaron la final de intermedia, una vergüenza porque además si pierden un partido se pueden quedar afuera. Me parece que está hecho políticamente y no pensando en el rugby y en los jugadores. De todos modos lo jugamos con lo mejor y apuntamos a divertirnos. Nos encanta viajar e incluso preferimos jugar de visitante que de local para poder conocer otros clubes y otra gente».
Durante 2019 el ex full back tuvo la posibilidad de ser invitado por Sudamérica Rugby a una capacitación que contó con la presencia nada menos que de Eddie Jones, actual entrenador de Inglaterra: «Estuvo bueno, fue muy intenso. Estuvimos una semana en Rosario y fue interesante compartir con un montón de entrenadores de distintos lugares, muchos que por ahí no nos conocemos o nunca nos vemos. Más allá de la capacitación creo que lo más interesante fue estar una semana intercambiando ideas con gente de rugby que está laburando mucho en su provincia, su país o su club».
Respecto de la posibilidad de iniciar una carrera de entrenador profesional, fue claro: «Me gusta el rugby, me apasiona, me encanta entrenar y soy competitivo. Me gustaría poder entrenar todo lo mejor que pueda pero también tengo un trabajo fuera del rugby. No lo tomo como un posible alejamiento del club porque por ahí no podría entrenar la Primera pero podría ayudar o dar una manos los martes o jueves, o ir periódicamente al club para volcar la información recibida en un rugby más profesional. Alumni hoy no tiene ningún entrenador rentado o en la UAR que pueda venir a ayudarnos como por ahí tienen otros clubes. Por ese lado puede ser interesante, pero tengo un trabajo, tengo dos hijos y de tener una posibilidad tendría que ser en Buenos Aires y hoy la verdad que no hay muchas opciones, de hecho creo que la franquicia nueva va a estar en el interior. No me lo pongo como un objetivo, aunque si me gusta aprender para poder mejorar como entrenador».
Para terminar no quiso, ni pudo confirmar si seguirá dirigiendo a Alumni en 2020: «No sé, es duro y el año se hace largo. Buenos Aires tiene un ritmo que es agotador de laburo, la exigencia es grande y las distancias también. De mi trabajo a Alumni tengo 50 minutos, si paso por mi casa tengo 45 minutos y al club media hora más, entrenamos a las 9 de la noche y llego a casa a las doce, una o dos de la mañana todos los lunes, martes y jueves. Es cansador pero también es lo que nos gusta, nos apasiona y mientras se pueda hay que hacerlo«.
Fotos: Gentileza OK Rugby y Sudamérica Rugby
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