«El juego está un poco aburrido. Hoy el 100% de los jugadores de nivel internacional están al límite de su capacidad física y al ser un deporte de contacto hay muchos golpes, pero además el juego se ha puesto muy monótono, parecido al rugby league. Hay mucho contacto y pocas variantes».
Federico Méndez: «Al rugby de hoy le faltan estrellas»
«Tenemos muchísimo por mejorar y aprender pero creo que ha habido una clara evolución en las destrezas, sobre todo en el rugby de clubes. En las Academias ha ido cambiando pero me parece que el cambio más importante viene de los clubes».
Martín Gaitán: «El cambio más importante en las destrezas viene de los clubes»
«El rugby de club debe seguir siendo amateur. Pero acá en Argentina la plata no se filtra al semillero. Tienen una vaca lechera que ordeñan todos los días pero nunca le ponen pasto en la boca. El 90% se gasta en la elite y los que alimentan a los seleccionados son los clubes».
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«Vos podés mejorar a tus jugadores pero si después no tenés un nivel de competencia más alto no te sirve. El nivel del jugador es el de la competencia en la que está. Un chico por más que se entrene el nivel del torneo lo limita».
Huevo Hourcade: «Por ahora no extraño ser entrenador»
«Hay que tener claro como convive el rugby profesional con el amateur. El rugby profesional necesita la competencia y también el amateur necesita de esos jugadores representativos que contagian a los más chicos y generan muchas cosas a través del ejemplo».
Tati Phelan: «Hay que tener clara la convivencia entre el rugby profesional y el amateur»
«En los últimos años se había abandonado un poco el scrum. Sería una mentira si digo que no lo entrenaban o no le daban importancia, pero se buscaban pilares a lo mejor con más juego y no al revés, es decir buscar al verdadero pilar para después ver si se lo podía mejorar en otros aspectos».
Eduardo Fernández Gill trabaja para recuperar el ADN del scrum argentino
«Los jugadores de las Academias deben conocer los derechos y obligaciones por estar en ese lugar y también les explicamos que este es un proceso en el que no siempre todos llegan adonde uno sueña y no por eso tienen que dejar de aprovecharlo, disfrutarlo y sumar nuevos amigos».
Pancho Rubio: «Queremos que todo lo que vamos aprendiendo vuelva a los clubes»
«La preocupación que tenemos desde la UAR son las modas. Hay que seguir entrenando todo en forma integral y no hacer lo que está de moda. Vienen amigos del club y me dicen ‘¿que es lo que se hace ahora?’ y la respuesta es la misma de siempre, hay que hacer de todo para formar integralmente al jugador y para que tu equipo pueda jugar ante cualquier escenario que se presente».
Germán Fernández: «El entrenador tiene que tener más conocimiento que la información que tiene el jugador»
«Lo que me despertó el interés por el rugby fue el famoso partido de Los Pumas con Gales en el 76 que pierden sobre la hora, con los tries de Gauweloose y Gonzalo Beccar Varela, el tackle alto de Chiquito Travaglini y el penal de Phil Bennett. Ese fue el partido que dije ‘que lindo esto'».
Alejandro Coccia, la voz que transmite el rugby desde «aaaaaadentro»
«Siempre hablo del milagro de los clubes en Argentina. Si uno hace un presupuesto de lo que se gasta en hacer funcionar a los clubes sería una cifra sideral y nadie podría bancar eso. Eso es lo que hay que defender y tratar de que siga vivo porque es lo que mantiene al rugby».
«Lo más lindo y más te contiene es el club. Siempre cuando te vaya mal vas a volver al club y van a estar los amigos. También por eso en las Academias les transmitimos que ellos van a estar ahí por lo que hagan en sus clubes. Si ellos hacen bien las cosas y en los clubes las hacemos bien, ese chico va a superar las posibles frustraciones y va a seguir disfrutando del rugby».
Álvaro Galindo: «Lo que uno transmite los chicos lo absorben y lo asimilan muy rápido»
«Nuestra función y nuestro objetivo no es solo formar jugadores para el futuro sino también personas, y destinamos buena parte del tiempo que tenemos juntos al desarrollo personal de los jugadores».
José Pellicena: «Nuestro objetivo no es solo formar jugadores sino también personas»
«Desde el comienzo lo que quisimos fue, desde el el staff y después saltando a los jugadores, tener un compromiso realmente muy fuerte en lo que queríamos como equipo, además de la responsabilidad y de todo lo que eso conlleva. Arrancar desde principios y bases muy fuertes de laburo, de locura, de exigirnos al máximo, que sería nuestro ‘tocar la línea’ para ponerle una metáfora».
Manasa Fernández Miranda transmite pasión y compromiso desde Jaguares a todo el rugby argentino
«La mayoría dice que todo llega con trabajo, creo que a eso hay que agregarle inteligencia, capacidad de nosotros los entrenadores y de los dirigentes para mejorar la parte colateral del jugador y darle la mayor capacidad de desarrollo. Puede denominarse estructura u organización pero más que nada me refiero a rodear el deporte de los clubes con ciencia, con consciencia de desarrollo, de crecimiento y de que los resultados, esos que quieren todos, son importantes pero llegan en consecuencia del rendimiento».
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«El rugby es el único deporte del mundo que no tiene el nombre del jugador en la espalda, en los demás eso es algo normal porque todos quieren ser estrellas. En el rugby hay un número y nadie en un equipo de rugby es más que el otro. Esa filosofía creo que en el fondo nos ayudó y nos salvó».
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«Es una satisfacción personal identificar a los jugadores, conocerlos desde chicos, conocer su perfil y ver como han ido evolucionando para conseguir todo lo que están logrando. Es lindo verlos crecer».
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«El equipo campeón del 89 puso a Alumni en un lugar que nunca había estado y después para todos los que vinimos es como que el camino estaba allanado».
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«En cada entrenamiento y en cada partido apostamos a mejorar el juego y a seguir haciendo lo que nos piden los entrenadores y lo que nosotros sentimos que es el rugby que nos gusta».
Lautaro Bávaro Hindú, es un sentimiento, no puede parar….de ganar
«Lo mio fue mucho esfuerzo y entrenarme 5 veces a la semana, 11 meses al año: porque además yo nunca tuve muchas habilidades, siempre fui medio bagayo».
Tommy Petersen, el del póster de la infancia
