Nando Parrado: «El triunfo de Uruguay ante Fiji fue una de las emociones más lindas de mi vida»

El rugby mundial habla de Uruguay. Así como hace 47 años el mundo entero se conmovió con los rugbiers uruguayos que sobrevivieron después de 72 días en la Cordillera de Los Andes, esta vez todos se deshacen en elogios hacia el seleccionado oriental que debutó en el Mundial venciendo nada menos que a Fiji.

Para hablar de la hazaña de Los Teros Rugby.com.ar habló con Nando Parrado (Fernando Seler Parrado Dolgay) una referencia de aquellos héroes de Los Andes pero que además jugó y siente el rugby con mucha pasión: «A mi el rugby me salvó la vida, para mi es una religión», sentenció.

En 2012, a 40 años de la tragedia, visitaron al presidente Piñera.

«Fue una gran emoción ver el partido de Uruguay contra Fiji, cuando el día anterior todos los expertos del mundo hablaban de que Uruguay iba a ser destruido o que iba a tener una tarde muy difícil o que pobres los uruguayos porque Fiji tenía una de las mejores líneas de backs del mundo. Ver a Uruguay hacer un partido de igual a igual, tacklear cuatro veces más que los fijianos y ganar, con un equipo amateur y de la mitad de tamaño, fue una de las emociones más lindas de mi vida«, señaló con una mezcla de emoción y orgullo.

El resumen de la hazaña de Los Teros

El ex segunda línea de Old Christians, de 69 años, se entusiasma hablando del histórico 30 a 27 registrado en Kamaishi: «Fue algo totalmente inesperado. Uruguay estaba 87 a 1 en las apuestas y creo que Fiji se llevó una sorpresa tan grande que deben estar con tratamiento psicológico porque nunca pensaron que podían perder. Creo que entraron pensando que iba a ser un paseo y Uruguay se preparó 4 años para lograr este triunfo«.

Dedicado a sus negocios y a dar conferencias en distintas partes del mundo, Parrado mantiene un vínculo indisoluble con el rugby: «Después de Los Andes jugué un par de años más. Nosotros viajamos 17 jugadores del equipo de primera (de Old Christians) e íbamos a jugar contra el campeón de Chile (Old Boys). Los demás eran socios del club, familiares y amigos que iban a disfrutar del viaje. Y la nuestra también es una historia de rugby porque de esos 17 jugadores se murieron 12. Quedamos cinco y esos cinco fueron los que hicimos todo. Roberto (Canessa), Gustavo (Zerbino), Tintín (Antonio Vizintín), Roy (Harley) y yo fuimos los 5 que quedamos y sin saberlo fuimos haciendo todo como para que al final, con el último aliento, pudiéramos llegar al objetivo. Por eso el rugby para nosotros es una religión».

La filosofía del rugby a veces puede ser inexplicable para alguien que nunca haya jugado o nunca haya pertenecido al juego. Yo a veces sueño, a esta edad y todo, como me gustaría volver a entrar a una cancha de rugby»

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«Mucha gente no se da cuenta pero el rugby es el único deporte del mundo que no tiene el nombre del jugador en la espalda, en los demás eso es algo normal porque todos quieren ser estrellas. En el rugby hay un número y nadie en un equipo de rugby es más que el otro. Esa filosofía creo que en el fondo nos ayudó y nos salvó«, destacó.

Los 16 sobrevivientes estuvieron 72 días en la Cordillera.

Parrado tuvo otra faceta de su vida deportiva en el automovilismo y en una comparación entre la adrenalina de estar en una cancha de rugby o en una pista, analizó: «Son dos cosas muy interesantes. Son desafíos que uno asume porque quiere pero te diría que el rugby, si vos te enfrentás los Springboks, Los Pumas o a los All Blacks, para mi es más peligroso, o al menos me pondría mucho más nervioso que estar en una grilla de largada junto a Hamilton o Vettel. Que te hagan el haka enfrente los All Blacks me pondría bastante nervioso», dijo con una sonrisa.

Lo que yo disfrutaba, y disfruta cada rugbista, el momento de entrar con su equipo a una cancha de rugby. La gente dice ‘pero es lo mismo jugar al fútbol o al básquet’. No, no es lo mismo, tenés que experimentarlo. La camaradería es diferente»

Parrado con la camiseta de Old Christians.

«La nuestra es una de las historias de liderazgo más espectaculares del mundo. Porque todos los que eran los líderes en la cancha y en la vida social, los mejores estudiantes, los mejores deportistas, se iban muriendo. En la avalancha o en el accidente. Y los que no eran los líderes terminaron liderando una de las historias de superivencia más increíbles de la humanidad. Eso a mi me da para pensar que cualquiera puede liderar en determinada situación«.