Pancho Rubio: «Queremos que todo lo que vamos aprendiendo vuelva a los clubes»

Hace poco menos de un año volvió a trabajar en la UAR. Después de poco más de 3 años en Sudamérica Rugby, Pancho Rubio asumió como Gerente de Rugby de la entidad madre del rugby argentino y en diálogo con Rugby.com.ar hizo un balance de este regreso al rugby argentino.

«Ha sido un año muy bueno, intenso y de mucho trabajo. Estamos tratando de ordenar algunas cosas que estaban bien pero, como siempre el alto rendimiento te exige, tienen que estar mejor. Uno no se puede acomodar nunca porque cuando lo hiciste los otros ya empezaron a trabajar otras cosas. Es una exigencia constante», explicó quien fuera el octavo del histórico equipo de Banco Nación de fines de los 80.

Respecto de los cambios introducidos, Rubio contó: «Empezamos un programa que llamamos de Academias porque el objetivo del sistema de alto rendimiento, el Pladar, creíamos que tenía la prioridad en el jugador pero necesitábamos ponerlo en un lugar en el que pudiera competir. Había mucha diferencia entre el profesionalismo y los jugadores que jugaban en Argentina pero con el tiempo hemos logrado equiparar esa diferencia, ahora necesitamos darle una vuelta de tuerca para que no solo vaya el jugador sino que todo lo que vamos aprendiendo y desarrollando vuelva a los clubes. Creemos que la Academia es un lugar donde se trabaja mucho el juego y apuntamos a desarrollar a los jugadores pero con la inclusión de entrenadores, de clubes y de uniones. Por eso implementamos los programas de entrenadores referentes y las charlas que estamos dando en todas las provincias. Lo que estamos buscando es que todo el conocimiento que sumamos estando dentro de un rugby más competitivo llegue a los clubes. Estamos en eso, es un proceso que recién el año que viene vamos a empezar a verlo reflejado porque muchos todavía no lo conocen o recién están empezando a recibir la información».

En el mismo tono, uno de los fundadores del club Capitolina de Italia en la década del 90, expresó: «No te puedo decir como trabajaron cuando no estuve pero desde el año pasado empezamos a trabajar con metas de rendimiento y con objetivos. Tenemos una base de datos irlandesa que se llama The Sport Office en la que tenemos toda la información de nuestros jugadores y podemos evaluarlos constantemente, cosa que antes no teníamos. Hoy la tecnología te abre posibilidades enormes. Todos los jugadores tienen su GPS y tenemos una cantidad de información que estamos acumulando y nos permite tener mucho más precisiones sobre lo que estamos haciendo. A su vez nos permite evaluar si estamos trabajando bien o mal, algo que hicimos siempre pero, por ejemplo, la semana pasada estuvimos viendo información de 317 jugadores, que son todos los que están dentro las Academias, y evaluamos desde la asistencia, el estudio, su capacidad física y varios aspectos más. Son cosas que creo que no estábamos haciendo con la profundidad que lo hacemos hoy. Esa es la vuelta de tuerca en la que apuntamos a que los jugadores se sientan más contenidos, algo que se nota en el presentismo. El cambio se hizo para aumentar la exigencia y el compromiso entendiendo que el rugby hoy tiende a un gran esfuerzo para jugarlo y hay valores que es fundamental desarrollarlos desde la Academia«.

Respecto de la incorporación al sistema de jugadores cada vez más jóvenes, aclaró: «Lo que se está buscando es ayudar a aquellos jugadores a los que les vemos potencial para jugar en el alto rendimiento y que no tienen los medios para seguir mejorando. Las Academias, en principio, incorporan a jugadores que ya terminaron el colegio y la idea es que los más chicos estén en los Centros de Rugby de cada unión. Nosotros hacemos tres capacitaciones al año con los directores de centros y les bajamos lineamientos, además del material de lo que estamos haciendo en las Academias, para que ellos las vuelquen a los chicos. Pero aquel jugador que está en edad escolar concurre al Centro de Rugby y debería realizar los mismos trabajos que en la Academia. Por otro lado, hacemos detección más temprana, hay jugadores de M17 invitados al sistema, pero lo que buscamos es que la detección sea muy clínica a la hora de elegir a esos jugadores. Tenemos un perfil de jugador de alto rendimiento y buscamos ciertas características específicas que nos hacen pensar que ese jugador necesita entrenar más para llegar en mejores condiciones cuando sea adulto».

Una de las discusiones planteadas en los últimos tiempos en el rugby nacional es la de los jugadores que cada vez juegan menos en sus clubes por la mayor cantidad de competencia que tienen los seleccionados o franquicias de la UAR. Pancho respondió con claridad: «Nosotros siempre decimos que no le sacamos ningún jugador a nadie. Solo le damos la posibilidad a aquellos jugadores que tienen determinadas condiciones para que puedan seguir mejorando. Que jueguen en su club para nosotros es lo mejor que nos puede pasar, y lo mejor que nos puede pasar es que ese jugador llegue al seleccionado nacional y a su vez que compita de igual a igual con los mejores del mundo».

Luego, agregó: «Con este programa de los entrenadores referentes estamos invitándolos a que vengan a las Academias, a que participen con nosotros de como entrenamos a sus jugadores y ahora el segundo paso es que los managers de las Academias vayan a los clubes, algo que ya están haciendo y tengo las referencias tanto de los managers como de los clubes. Todas las semanas le llega a cada club que actividad hacen sus jugadores, que carga física tienen, que ejercicios realizan y siempre están invitados a participar de las actividades que hacemos nosotros. Después, que un jugador juegue en un seleccionado es otra cosa pero yo veo que los clubes se ven beneficiados porque esos chicos retransmiten esas enseñanzas, motivan a los demás e impulsan. Son inspiradores del buen juego y del valor de estar mejor preparado. Fomentamos mucho el valor del compromiso, de la disciplina, del esfuerzo, la pasión y todos valores similares a las que transmiten los clubes. Si un jugador de mi club juega en Los Pumas para mi, realmente, es un gran honor y en el proceso de llegar a eso tiene que entrenarse para hacerlo en las mejores condiciones. Hemos hecho un estudio y son muy pocos los jugadores de cada club que están en el sistema de alto rendimiento. Puede ser que haya jugadores que los compartamos pero también hay muchos se van al exterior y los perdemos. En los últimos años tenemos 200 jugadores por año que se van afuera, por ejemplo el último año se fueron unos 110 jugadores al rugby español, y es el doble de los que están afectados a los equipos nacionales. Igual entiendo que uno puede explicar mucho pero cuando a alguien le toca de cerca que un jugador no juegue tanto para su club puede sentir esa melancolía. Para nosotros es importante que el jugador represente a su club y esa es la vuelta al círculo que queremos dar teniendo contacto directo con los clubes».

Un chico está en la Academia por lo que hace en su club, ese es un mensaje que tenemos claro. Y si después está en un seleccionado es por lo bien que juega en su club».

 

Otro tema del que se ha hablado mucho es la frustración de los jugadores que entran al sistema y después quedan afuera: «Es una parte de la vida, tampoco todos llegan a primera. Son procesos que los hablamos mucho con los chicos porque tratamos de que sean conscientes. Tenemos una reunión cuando ingresan para explicarles los derechos y obligaciones por estar en ese lugar y también les explicamos que este es un proceso en el que no siempre todos llegan adonde uno sueña y no por eso tienen que dejar de aprovecharlo, disfrutarlo y sumar nuevos amigos. Sinceramente la oportunidad de estar en una Academia te da la posibilidad de conocer chicos de otros clubes en otra situación que no sea la de enfrentarlos. La experiencia va más allá de llegar a un seleccionado o no«.

El Pladar cumple 10 años y ante la consulta de si el balance de esta década es exitoso la respuesta es contundente: «Si, totalmente. El otro día veíamos estadísticas de World Rugby donde mostraba todos los jugadores que del Mundial M20 pasaron a su seleccionado mayor y Argentina es el país que más tiene. Eso habla un poco del trabajo que se realiza. Uno se pone a mirar como se conforman nuestros seleccionados y es muy poco el porcentaje de jugadores que no pasó por el sistema. Quizás hoy Zeiss (Juan Pablo) es el único caso. Creo que estamos muy bien. Antes de irme de la UAR, en noviembre de 2014, jugamos con Francia y le ganamos con 14 jugadores que habían pasado por el sistema. Ese fue el primer paso del éxito del sistema de alto rendimiento y después vemos que seguimos sacando jugadores. En Jaguares, por lesiones, renovaron mucho el plantel. Santiago Carreras jugó el otro día de igual a igual y viene directamente de una Academia, recién este año empezó a jugar a nivel profesional».

Como ex miembro de Sudamérica Rugby, la de Rubio es una voz autorizada para hablar de la futura Liga Americana profesional que comenzará a jugarse en 2020: «La Liga ha sido anunciada por Sudamérica Rugby como una realidad y Argentina estaría presentando un solo equipo, además de aportar jugadores a las demás franquicias, aunque eso no está claro como va a ser. Lo que si tenemos claro es que nosotros para seguir compitiendo necesitamos ampliar la base. Si miramos los otros seleccionados de primer nivel tienen una base para elegir de 200 jugadores profesionales, otros como Inglaterra o Francia tienen muchos más, y nosotros tenemos nada más que 38 jugadores profesionales. La idea es retener a esos jugadores que en muchos casos se van al exterior. Nosotros en los últimos años tuvimos una pérdida de 64 jugadores que formaban parte de las Academias y se fueron a Europa porque quizás no tenían un espacio para desarrollarse. El embudo es muy chico y hay jugadores que quieren jugar, probar suerte y lo que se está buscando, a su vez, es que tengan la preparación adecuada. Si uno compara un jugador de club con un profesional la distancia es enorme en estímulos de entrenamiento y en tiempos de recuperación. Hicimos un control y a los jugadores que vienen de su club, hasta los más destacados, les cuesta mucho emparejar físicamente a los profesionales. Nuestros preparadores físicos dicen que un jugador de club que se incorpora al profesionalismo tarda entre 16 y 24 meses para estar al nivel. Necesitamos tener jugadores que se puedan adaptar más rápido, un escalón que achique esa distancia. Tenemos mediciones, por ejemplo, musculares y los jugadores de club están, en promedio, 10 kg. por debajo de los profesionales, también tienen menos acciones de juego. El salto es muy grande y por eso queremos generar un espacio para que los jugadores no se vayan afuera, se entrenen mejor y se recuperen mejor».

Respecto de como va a funcionar la nueva franquicia dijo: «No está todavía claro, pero la parte deportiva va a ser controlada por la UAR. Supongo que va a ser como Jaguares pero seguramente con un inversor externo. Lo deportivo va a ser, imagino, algo similar a lo que son las franquicias en Irlanda, que son equipos pero con participación de la unión nacional. Lo que es seguro es que a los jugadores los va a elegir la UAR».