Una de las novedades que tuvo el rugby argentino en esta temporada es la designación de un Entrenador Nacional de scrum y el elegido fue Eduardo Fernández Gill, experimentado hombre de Regatas Bella Vista, quien dialogó con Rugby.com.ar sobre como encara este nuevo desafío.
El Gordo, como lo conocen en el ambiente, contó como llegó a ser designado en esta nueva función: «Vi la comunicación de la UAR pero al principio no me iba a presentar y hubo amigos que me insistieron, me presenté, después me enteré que había como 60 candidatos y en una selección por currículum o no se bien porque, me eligieron. Después tuve que exponer frente a Mario (Ledesma), Pancho (Rubio) y todos los que están en alto rendimiento. Y bueno, me seleccionaron y acá estoy, muy contento con lo que se está haciendo«.
Apasionado del rugby y sobre todo del scrum, Fernández Gill destacó: «Una de las cosas por las que decidí aceptar es que conociéndolo a Mario (Ledesma) vino con la mentalidad de recuperar el ADN del scrum argentino. Me encantó el desafío y me encuentra en una época con mucha experiencia y ganas de transmitir al rugby argentino los conocimientos, muchos o pocos, que uno tiene respecto a esta formación».
Clínica de Fernández Gill en Mendoza
Desde que asumió, es normal verlo transmitiendo sus enseñanzas en distintas provincias y así lo explica: «Han sido meses muy agitados porque estamos viajando todas las semanas a distintos lugares del país. La UAR tiene un programa de capacitación para ir transmitiendo lo que se está haciendo en alto rendimiento a todas las provincias y uniones, buscando llegar a los clubes. Viajamos mucho con Mario (Ledesma), Nico (Fernández Miranda) y Pancho (Rubio) haciendo clínicas de scrum y la verdad es que lo que más me ha sorprendido es la cantidad de gente que convoca el tema del scrum. En todos lados hubo mucha gente, con muchas inquietudes y más con el tema de que ahora se vuelve a jugar el scrum como antes. Muchos clubes interpretaron que como se empujaba un metro y medio, por reglamento, no había que darle tanta importancia al scrum y se abandonó un poco la formación, también hubo otros clubes que no, que siguieron entrenándolo de la misma manera. Ahora están todos muy enchufados con escuchar de nuevo y resfrescar conceptos que muchos conocen pero siempre es bueno recordar lo que fue el viejo scrum argentino, adaptado a las reglas actuales».
Preguntas y charla de Fernández Gill en la Unión de Rugby de Cuyo
Muchos especialistas tienen su diagnóstico sobre cuales han sido las causas de la involución que han tenido los equipos nacionales en cuanto al rendimiento del scrum. El ex entrenador de Los Pumitas y los seleccionados de la URBA, afirmó: «Hay muchas opiniones y todas son respetables. Yo en 2009 entrené Los Pumitas con Diego Albanese y viéndolo desde afuera me parece que en los últimos años se había abandonado un poco el scrum. Sería una mentira si digo que no lo entrenaban o no le daban importancia, pero se buscaban pilares a lo mejor con más juego y no al revés, es decir buscar al verdadero pilar para después ver si se lo podía mejorar en otros aspectos. Muchos seleccionados viajaban sin entrenador de scrum. Hace 10 años yo entrené en Los Pumitas a Juan Figallo y Nahuel Tetaz, hoy están ellos y detrás hay chicos de 20 años. ¿Dónde están esos 10 años de pilares? Eso es lo que se está tratando de recuperar»
En el mismo tono, agregó: «No quiero decir que Hourcade o los entrenadores que estuvieron no le dieron importancia al scrum porque sería mentira, pero el sistema de scrum era distinto. Copiábamos de Francia e Inglaterra cuando teníamos la solución acá. A Argentina siempre se la reconoció por el scrum y hubo muchos embajadores que se fueron al exterior, desde Arturo Orzábal en los 70 y pasando por Fede Méndez, Grau, Hasan, el Topo Rodríguez, Figallo y un montón de primeras líneas de lujo. Venían a buscarlos y nosotros acá empezamos a formar el scrum de otra manera. Eso es lo que Mario Ledesma vino a recuperar y lo que más me atrajo a aceptar este cargo«.
Soy un fanático del scrum y tengo la suerte de tener enfrente de mi casa a Marcos Ocampo, el hijo de Catamarca, quien impuso el sistema de empuje coordinado allá por 1970″
El cambio de reglas impuesto hace 3 años estuvo motivado por algunas lesiones graves y Fernández Gill lo reconoce: «Fue un tema muy delicado y creo que con el cambio se ha respetado mucho más el scrum, pero también hubo clubes que dijeron ‘ahora se puede empujar nada más que un metro y medio’ como restándole importancia. Es cierto que hay mucha más disciplina, pero creo que Argentina no puede estar jugando un scrum distinto reglamentariamente al resto del mundo. En mi club (Regatas Bella Vista) Santiago Medrano salió de empujar un metro y medio en M19, jugó un año en primera y de ahí saltó a jugar contra Irlanda o en el Súper Rugby dando una ventaja muy grande«.
Haciendo hincapié en el reglamento, el ex entrenador de la primera de Regatas, agregó: «Ahora apuntamos a recorrer el país y transmitir no solo un scrum técnico y seguro sino también con participación de los referís, que son una pieza fundamental. Hay que sumarlos, que vayan a los clubes y vean como se entrena el scrum para entenderlo mejor y no lo castiguen porque si. Los árbitros son una pieza fundamental en todo este engranaje que apunta a volver a jugar el scrum como antes».
«También queremos, por supuesto, capacitar a los entrenadores porque hay clubes con mucha cultura de scrum pero otros no tanto y los que tienen más técnica de scrum en general no hacen trampa. Algunos detractores del scrum llegaron a decir que equipos con un scrum que iba para adelante se tiraban a propósito para conseguir un try penal. Una locura. Para eso tratamos de transmitir los valores del scrum a todo el país, capacitando a los entrenadores, jugadores y referís», insistió.
Respecto a su injerencia en los equipos nacionales, contó: «Cuando asumí tuve una reunión con Mario (Ledesma), Andrés Bordoy, Julio García que está en Argentina XV y Ricardo Lefort. La reunión fue muy buena, duró cinco horas y sirvió para unificar criterios para entrenar de la misma manera. Unos ya lo están implementando y a otros, como Bordoy en Jaguares, les cuesta más porque están en plena competencia. En la reunión cada uno aportó lo suyo y su experiencia, no es que están haciendo lo que yo dije. Todos aportaron y refrescamos conceptos del viejo scrum argentino. Estuve en las Academias, con jugadores de Argentina XV y Los Pumitas, fui a ver alguna práctica de Jaguares pero sin participar y con Mario fuimos a varias provincias haciendo clínicas. En todos los equipos nacionales hay entrenadores de scrum y ninguno juega un scrum distinto a los demás. Todos le están dando mucha importancia pero sabemos que va a llevar tiempo, es un proceso, no vamos a mejorar de un día para el otro».
Para terminar, el Gordo Fernández Gill destacó los objetivos que se puso al asumir este nuevo desafío: «El objetivo es tratar de transmitir mis conocimientos y experiencia a la mayor cantidad de gente y de clubes, en todo el país. Y después, en los seleccionados, colaborar en lo se necesite. Este nuevo desafío me llegó en un momento bárbaro, tenía tiempo y ganas de hacerlo. Lo pensé y estoy muy enchufado, con muchas ganas de ayudar a que mejore el scrum en todo el país».