Fernando Guatieri tiene 47 años y además de tener una vasta trayectoria como jugador también acumula una interesante experiencia como entrenador dentro del Pladar (el Plan de Alto Rendimiento y desarrollo de la UAR) o en distintos equipos nacionales.
El ex pilar tiene nueva función que el mismo explica: “Después de estar 6 años en el Pladar de Buenos Aires, un proceso con Los Pumitas en 2015 y la experiencia de Jaguares hasta el año pasado, ahora estoy con Raúl Pérez (ex head coach de Jaguares) en una especie de secretaría técnica y es un trabajo que me encanta. Para explicarlo somos como un nexo en tiempo real entre los equipos nacionales y los pladares. Buscamos conectar las necesidades de los equipos con el trabajo diario de los managers de cada región. El rugby está en constante evolución en los detalles y todo lo que íbamos detectando en la competencia era difícil bajarlo al Pladar. Ahora los ajustes que pueden hacer los Jaguares o Argentina XV cada semana nosotros los bajamos a los chicos de 17 o 18 años y eso nos permite ganar tiempo”.
Pese a que fue primera línea y trabajó como entrenador de scrum en distintos seleccionados, el trabajo en el Pladar de Guatieri es “más integral. Incluye la obtención pero también otros aspectos del juego. La idea es trabajar con los chicos que por su edad son más permeables a aprender cosas nuevas y además están en una etapa de formación en la que hay más tiempo para corregir. Cuando estás en competencia es muy difícil”.
Guatieri se inició en Olivos a los 16 años y después de haber pasado por otros deportes: “Elegí el rugby por un montón de cosas que en realidad están por afuera del juego y que tienen que ver con la formación que me dio como persona. No se si otros deportes, incluso colectivos, ponen tanto el foco en la solidaridad y en generar empatía, en esa necesidad de estar pendiente del otro como algo natural”, destacó.
Repasando su trayectoria, el ex integrante del seleccionado de Buenos Aires cuenta: “En el 99 había decidido que era mi último año. Tenía dos laburos, me entrenaba casi todos los días porque tenía la suerte de estar en el seleccionado de Buenos Aires y para ir al gimnasio le pedía a un amigo que me abriera a las 6.30. En ese momento me ofrecieron ir a Italia, lo hablé con mi novia que hoy es mi esposa (la ex leona Ximena Camardón) y nos fuimos por 10 meses que se transformaron en 10 años”.
De estar al borde del retiro, la experiencia de Guatieri en el viejo continente bien puede considerarse una “década ganada” dentro de la cancha: “De golpe me encontré con una vida nueva. Me entrenaba todos los días pero tenía tiempo para descansar, alimentarme bien y era un placer. Estuve primero en Piacenza y de ahí me fui a Francia, jugué dos años en Bordeaux y 4 años en Pau. En ese momento empecé a pensar en lo que venía y para hacer el curso de entrenador me convenía jugar en la segunda división y me fui a Tarbes. Y cuando estaba pensando en dejar apareció mi cuñado Gonzalo (el ex puma Gonzalo Camardon) y me dijo que fuera a jugar con él a Capitolina, en Roma, y fueron dos años espectaculares. El primero jugamos juntos con Pancho Rubio como entrenador y el segundo Gonzalo entrenaba. Ahí ya tenía 39 años y estaba impecable físicamente pero por respeto al juego mismo y pensando en el futuro hablé con mi esposa, dejé de jugar y pegamos la vuelta”.
El regreso al país no fue fácil y así lo recuerda el primera línea: “No pensaba vivir del rugby y la verdad es que volver después de 10 años tiene todo un proceso de cambio de hábitos. Por suerte me llamó Pancho (Francisco Rubio) y ahí empecé en el Pladar”.
El scrum es una formación que tiene mucho que ver con la historia del rugby argentino y hace un par de años sufrió algunos cambios reglamentarios que despertaron distintas reacciones: “Fue una necesidad en un momento muy delicado por algunas lesiones graves. Tuve la oportunidad de participar de esa jornada y más allá de los cambios que se propusieron ceo que fue algo muy acertado y sirvió para generar una toma de conciencia de que es más importante la nobleza del juego que un resultado. Espero que en poco tiempo se pueda volver a aplicar el reglamento tal como se aplica en otros países pero también tenemos que entender todos que el rugby cambió y que las reglas con las que jugábamos nosotros hace 20 años deben ajustarse a lo vertiginoso e intenso que es el rugby de hoy. Los jugadores tienen otro físico y otra preparación”.
Como parte del staff técnico de Jaguares en las dos primeras temporadas en el Súper Rugby, Guatieri es palabra autorizada para analizar lo ocurrido: “Yo pensaba que el Súper Rugby era exigente pero cuando lo viví desde adentro me di cuenta que es lo más exigente de mundo. Es un torneo que está ideado para los jugadores de las potencias del Hemisferio Sur y que además ellos lo juegan hace 20 años. A eso tenés que sumarle el desarrollo que tienen sus jugadores desde chicos. Acá tenemos entrenadores, voluntarios y son valiosísimos, pero ellos tienen educadores, formados para eso. Un chico de 12 años acá juega al rugby una o dos veces por semana, en Nueva Zelanda todos los días y en el colegio tiene 40 deportes para elegir. La decisión de entrar al Súper Rugby fue espectacular pero la gente solo ve el resultado, no entiende lo que hay detrás”.
Ante las críticas por el irregular rendimiento que han tenido los seleccionados nacionales en el scrum, el ex pilar izquierdo de Olivos fue claro: “Yo jugaba ese rugby de entrenar una hora de scrum todos los entrenamientos pero si queremos competir en el Súper Rugby no sirve. Acá vino Graham Henry (ex entrenador de los All Blacks) y nos dijo que teníamos que poner el foco en las destrezas y es lo que se hizo. No es que no le damos importancia al scrum pero si le dedicás tiempo a una cosa se lo tenés que restar a otras. El argentino es exitista pero estamos en un proceso y estoy seguro de que jugamos al rugby mucho mejor que antes”.