«No conozco un voluntario que vaya un sábado a la mañana a su club con mala intención»

Juan González Mendia es argentino pero hizo su carrera profesional en el exterior. Como el mismo cuenta: «Estudie 2 o 3 meses en la Universidad del Salvador y a través del rugby hice un programa de intercambio en la UCLA». Tras una experiencia en Nueva Zelanda actualmente vive «en Inglaterra, trabajo con la RFU (la unión inglesa) como desarrollador de entrenadores y a su vez estoy relacionado con los centros de desarrollo dentro de lo que es la Academia de Leicester Tigers. Trabajé en colegios y cuando vivía en el norte estuve con Newcastle Falcons, en un rol similar al que tengo ahora en Tigers».

Apasionado por su trabajo, Juan fundó Sudamérica Coaching, una empresa dedicada al «desarrollo, educación y mentoring para entrenadores, profesionales, ejecutivos, educadores y voluntarios en los países hispano-hablantes», aunque también llevó sus conocimientos a países de Asia y Europa del Este.

Durante su gira por nuestro país y Chile realizó numerosas actividades en clubes, colegios y uniones: «Por ejemplo, con Marista, en Mendoza, iniciamos un programa de desarrollo para sus entrenadores de infantiles y juveniles. En ese programa una de las herramientas que van a utilizar son residenciales como los que hicimos de 3 días, en agosto vamos a hacer otro más y además tenemos una plataforma online en donde ellos tienen una comunidad de recursos e intercambio interno entre los entrenadores y una vez por mes tenemos una conversación a la que ellos se conectan desde cualquier computadora o teléfono y les presento un tema determinado para empezar a hacer preguntas y dentro de la comunidad empezamos a meter tareas, como una especie de aula virtual. Por suerte trabajo con muchos clubes en el país, en Buenos Aires, otras provincias y también en Chile. También trabajo con distintas uniones alrededor del mundo en programas de World Rugby».

Sobre su trabajo con Leicester Tigers contó: «El club tiene 9 centros de desarrollo en su región de influencia para chicos de 13 a 16 años. Son chicos de clubes del área que van una vez por semana, tres semanas al mes, al centro de desarrollo que les corresponde y mientras siguen jugando en sus clubes que son los que los nominan. Yo a los chicos los veo solo 2 o 3 veces por año porque voy rotando por los distintos centros pero a la vez trabajamos mucho con sus entrenadores no solo para ver sus criterios a la hora de elegirlos sino también porque ellos son los que los entrenan en el día a día. Si quiero tener al próximo Manu Tuilagi necesito desarrollar a la persona que lo entrena. Estos chicos no están vinculados al club sino que de ese programa sale un grupo que se incorpora a la Academia, que es de los 16 a los 18 años y de ahí saldrá alguno que va a tener un contrato. Leicester acaba de ganar el torneo que juegan las academias pero es una competencia de solo 6 semanas en la que no jugó contra todos los demás equipos, o sea  que salir campeón no quiere decir que sea el mejor equipo del país».

Respecto a su visión del rugby argentino, el ex jugador de Banco Nación, explicó: «Solo puedo hablar basado en los lugares donde tuve la suerte de estar y lo que pasa en el rugby argentino es único en el mundo. La que se genera en los clubes no existe en otro lado. Tener 6 o 7 entrenadores por división, tantos padres o madres involucrados, que los jugadores estén vinculados al club durante tantos años es algo que no se ve en otro lado y refleja lo que todos esos entrenadores hacen con esos chicos. Hay mucha gente que tiene muchas ganas y que sabe mucho del juego y hay muchos profesionales que saben mucho de lo que es enseñanza o trabajar con niños y son cosas que en mi opinión van por encima del rugby y tienen que ver en como lo transmito, como lo comunico, como me conecto con los chicos. Hay muchos grandes jugadores a los que no les va bien en su coaching y por ahí es porque le faltan ese tipo de herramientas. Steve Kerr, en la NBA, es un ex jugador que se formó o Gonzalo Quesada, que más allá de su experiencia dentro de la cancha se formó, el mismo Mario Ledesma hizo su experiencia para formarse».

Sobre si el voluntarismo es una limitación a la hora de perfeccionar a los entrenadores fue categórico: «Puede ser una limitación pero yo no conozco un voluntario que vaya un domingo o sábado a la mañana a su club con mala intención. De todos modos soy consciente de que la gente sabe lo que puede en lo que tiene que ver con pedagogía, educación y hasta con rugby. Por eso el programa que hacemos es para darle a esos voluntarios algunos recursos más y tratar de ayudarlos».

Sudamérica Coaching plantea un sistema de enseñanza diferente, en la que se forma al jugador a través del juego y se fomenta la práctica de distintos deportes: «Si bien es un sistema diferente y muchos entrenadores te plantean que por la educación física que traen los chicos de los colegios tienen que darle más tiempo a ese aspecto y coincidimos en que eso no es perder el tiempo sino de alguna manera invertirlo. Si yo le doy a elegir a un entrenador de rugby entre 15 atletas y un grupo en el que tiene 3 o 4 jugadores de rugby y 4 o 5 que están aprendiendo ¿Qué van a elegir? Seguramente los 15 atletas. Entonces si los formamos primero como atletas y después como jugadores de rugby la base va a ser diferente. Entonces llegamos a la conclusión con los entrenadores en que eso no es perder el tiempo sino invertir en el desarrollo a largo plazo».

En cuanto a si este sistema le da más protagonismo a los preparadores físicos, asumió: «Por ahí está bueno combinar el trabajo del PF y del entrenador. Allá (en Inglaterra) en los clubes no hay PF, hay entrenadores voluntarios. Es cierto que los chicos tienen otra formación en el colegio pero se pueden combinar los dos roles. Por ejemplo, en una entrada en calor que hace el PF a través de un juego que tiene que ver con el rugby o el deporte que sea, está bueno que tenga el aporte de un entrenador que ha jugado. Por eso me gustó mucho la cantidad de PF que vinieron a las capacitaciones y estaban muy entusiasmados»

Finalmente, sobre los prejuicios que existen en cuanto a hacer que los chicos practiquen más de un deporte, señaló: «Pasa en todos los clubes, pero por ejemplo en un club con el que trabajo, en el Sur del país, tienen un programa en el que una vez al mes los chicos practican otro deporte dentro del club. Si bien es un ejemplo que se aplica a ese club porque tiene 6 deportes, perfectamente se pueden facilitar a los chicos experiencias de otros deportes, usar una pelota de básquet, de fútbol, o traer un entrenador de otro deporte y hacerle pasar a los chicos por la mayor cantidad de experiencias posibles. Una estadística de Río 2016 dice que el 75% de los deportistas que ganaron medallas en un deporte acíclico de conjunto, cuando eran chicos había practicado otros dos deportes. El tiempo que tenemos con los chicos se puede optimizar para invertirlo en esas cosas y todo eso nos va a dar mejores jugadores de rugby».